Plaga. Ya se terminó el combate contra esta plaga, pero no se pueden cuantificar los daños económicos.
No se han podido cuantificar los daños económicos que dejó en Durango la plaga forestal del gusano descortezador, pero de los 756 mil metros cúbicos de madera cortada de un millón 468 mil árboles que fueron derrumbados, la mitad no se comercializó, se desperdició porque estaba muy infectada.
Daniel Trujano Thomé, gerente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en la entidad, simplemente señaló que el daño monetario es "fuerte", pero es más el daño ecológico que se causó.
Explicó que de los más de un millón 400 mil árboles derribados, algunos eran muy pequeños por lo que su tronco no se podía comercializar, razón por la cual, de los 380 mil metros cúbicos que no se lograron meter al mercado, una gran parte se trataba de arbolado nuevo.
Incluso, dijo que es difícil hacer una evaluación económica porque la madera que sí se logró comercializar también tuvo un precio mucho muy inferior al normal.
Lo que sí puede hablarse es de una inversión millonaria por parte de las diferentes instancias de Gobierno y de los dueños del bosque para abatir la plaga en todo 2012 y en la primera mitad de 2013, añadió.
La plaga, recapituló el gerente de la Conafor, afectó 378 mil 275 hectáreas del bosque de las cuales la superficie que se trató, porque era la que contenía al gusano descortezador, fueron 64 mil 363 en un total de 666 predios ubicados en 16 municipios del estado.
El que presentó la mayor afectación fue el de Durango, con el 38 por ciento de las 378 mil hectáreas, pero con un total de 244 mil metros cúbicos de madera dañada.
Le siguió San Dimas, con 59 mil 445 hectáreas y 114 mil metros cúbicos de madera que tuvo que ser sacada o quemada del bosque.
Además, especificó, le siguieron Guanaceví, con el 11 por ciento de la superficie afectada; Santiago Papasquiaro, con el 7.54 por ciento, y Canatlán, con el 6.53 por ciento.
