La fuerte alza de impuestos que busca aplicar el gobierno federal a quienes trabajan en la economía formal tendrá consecuencias muy negativas para toda la economía nacional, pero para la frontera norte el impacto será mucho mayor.
Además del aumento del impuesto sobre la renta, de la eliminación de deducciones, de los nuevos impuestos a la vivienda y del punitivo gravamen a los refrescos, la frontera tendrá que sufrir un aumento del IVA de 11 a 16 por ciento.
Un incremento de 45 por ciento en un impuesto al consumo siempre será brutal, especialmente cuando se aplica a casi la mitad de los bienes y servicios del mercado. El aumento se aplicaría a la luz, el agua y el teléfono. Pero al golpe se añaden las consecuencias de la pérdida de competitividad del comercio frente a sus competidores del otro lado, donde el impuesto a las ventas es de sólo 5 a 8 por ciento.
El Colegio de la Frontera Norte calcula que el alza del impuesto al valor agregado provocará en la región un alza de 25 por ciento en los precios. Dado que las empresas no podrán pagar aumentos de sueldos que compensen el alza, se registrará un descenso importante en el poder adquisitivo.
Son previsible cierres de comercios ante la imposibilidad de competir con los estadounidenses. Incluso las gasolineras resentirán la situación, porque los precios de la gasolina mexicana continuarán aumentando pese a rebasarlos niveles de Estados Unidos. Un dueño de tiendas de abarrotes me dice que se espera además un fuerte contrabando de refrescos, ya que con el impuesto especial y el IVA el precio se disparará muy por encima del de Estados Unidos.
"El problema se podrá medir con la salida de divisas, la fuga de consumidores, la pérdida de actividades económicas y en sus efectos multiplicadores" dice el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán.
Las presiones se incrementarán por el aumento de impuestos a las maquiladoras, que generan 2.3 millones de empleos directos y 7 millones indirectos. La industria tendrá que empezar a pagar IVA por sus importaciones temporales. Supuestamente el gravamen será rembolsado tarde o temprano, pero las empresas que tienen que obtener devoluciones de Hacienda saben bien que éste es un proceso difícil y costoso.
Ningún país grava las importaciones temporales por lo que habría un fuerte incentivo para que las maquiladorasse vayan a otros lugares. La miscelánea fiscal también elimina la deducibilidad de muchas de las prestaciones a los trabajadores, lo cual implica un aumento enorme y automático del impuesto sobre la renta para estas empresas, que son usuarias intensivas de mano de obra.
El simple anuncio de estos golpes ha afectado ya los planes de inversión. Una empresa de Sonora que opera bajo el esquema de shelters (parques industriales que ofrecen todos los servicios a las maquiladoras) ha sufrido la suspensión de cinco proyectos de ampliación, entre ellos tres de la industria aeroespacial, y de tres empresas nuevas. Los inversionistas están reevaluando sus proyectos ante la escalada de impuestos que elevará el costo de operar en México.
Quienes viven en la frontera dicen con frecuencia que los chilangos los aborrecen y buscan solamente saquearlos o hacerles daño. Las medidas que está preparando el gobierno federal ratifican esta visión. Los burócratas de la ciudad de México parecen empeñados en destruir la economía de la frontera.
MAYORES IMPUESTOS
Un estudio de KPMG realizado en 2012 para la industria maquiladora señala que México tiene mayores impuestos corporativos para la industria de exportación que los países con los que competimos: China, Brasil, Corea del sur, Tailandia, Costa Rica, Honduras. Quizá el gobierno federal quiere poner un letrero en la fronteraque diga: "Investor, you are notwelcome!" Podrá así inaugurar su seguro con 2 millones de nuevos desempleados.
Twitter: @sergiosarmient4
