Paramédico. Lorena Ortiz entró a la Cruz Roja Mexicana hace cinco años con la idea de sólo aprender a inyectar y tomar signos vitales, pero se quedó como paramédica voluntaria de la institución porque, asegura, le gusta ayudar a la gente que lo necesita.
La violencia que se registra en distintas regiones del país cambió la vida diaria de los socorristas de la Cruz Roja Mexicana desde su ropa, su forma de portar sus aditamentos médicos, hasta la manera en que tienen que realizar operaciones de rescate en zonas con alta delincuencia.
Pero no es el único cambio que registran en su labor cotidiana. El crecimiento de la población de la tercera edad, comentan quienes ejercen esta profesión, lo ven reflejado, cada vez con mayor frecuencia, en el número de adultos mayores que son atropellados por vehículos o que sufren caídas aparatosas.
Al celebrarse el Día del Socorrista, Marco Franco, subcoordinador nacional de Desastres de la Cruz Roja Mexicana, reconoce que el aumento de los hechos de violencia en el país ha generado que los socorristas, paramédicos y personal de la institución cambie su forma de actuar en la calle, sobre todo cuando acuden a atender emergencias en zonas de riesgo.
Franco, quien fue paramédico por 12 años, recuerda que antes el personal tenía accesorios que no era obligatorio usar y que ahora son necesarios para que la gente los identifique más, como portar un peto de color blanco con una cruz grande, que es la forma institucional para identificar a la Cruz Roja.
Los paramédicos antes podían utilizar una fajilla en la cintura, donde traían sus tijeras, pinzas, gasas y vendas que utilizan para atender al herido.
Ahora, comenta, eso ya no se permite, para evitar que haya una mala interpretación de los heridos a los que se atiende, quienes pueden pensar que el paramédico pertenece a cualquiera de los dos grupos delictivos que están peleando.
Todo ese equipo, comentó, es guardado dentro de un botiquín o en el pantalón del paramédico, que es diseñado para ello, precisamente para que no causen esa confusión.
Incluso, dijo, se les ha pedido que los teléfonos celulares no los traigan en la cintura, para evitar que en momentos de alta tensión se pueda pensar que se trata de un arma.
ZONAS PELIGROSAS
Hay zonas de alto riesgo muy identificadas a las que la ambulancia de la Cruz Roja no ingresa, si no es con el apoyo de la Policía o de militares. Al personal también se le ha dado instrucciones de qué hacer en caso de ser detenido en un retén.
Pese a estos riesgos, Lorena Ortiz Martínez, quien llegó a la Cruz Roja Mexicana hace cinco años con la idea de sólo aprender a inyectar y a tomar signos vitales, y que actualmente es paramédico, asegura que le gusta su trabajo.
"Aquí lo que ves todos los días no es muy gratificante, pero cuando lo ves desde el punto de vista que ayudas a una persona en el peor día de su vida, y estás ahí para ayudarlo, cambia tu vida", dice.
Ella se suma a los 29 mil 400 paramédicos, de los cuales la mayoría son voluntarios que tiene la Cruz Roja en todo el país, y que ayer fueron homenajeados durante una comida organizada por los directivos de la institución.
Cada uno de ellos, como fue el caso de Lorena, tuvo que tomar un curso de capacitación como técnico en urgencias médicas, que tiene una duración de 11 meses, en donde se les prepara en aulas y después en prácticas en ambulancias.
A sus 26 años, ella ha acudido a un sinfín de emergencias, desde lesionados por armas, golpeados, accidentados en automóviles, atropellados y hasta le ha tocado atender un parto en la estación Hidalgo del Sistema Colectivo Metro.
Pero a la joven, quien está por terminar su carrera de Criminología, lo que más la ha marcado como paramédico es cuando atendió a un hombre que fue arrollado en el Metro.
"Dentro del curso que uno toma para ser paramédico te preparan para ver de todo, pero nunca es lo mismo cuando ya lo ves. No me imaginaba que alguien a quien le pasaron encima dos vagones pudiera sobrevivir y saber perfectamente lo que le había pasado", recordó.
Ese hombre -continúa su relato- era epiléptico y cayó a las vías del tren. Yo pensé que usualmente quienes son atropellados por el metro morían, y fue sorprendente para mí escucharlo consciente, orientado y que sabía perfectamente lo que le había pasado. Posteriormente, en la sala del quirófano del hospital al que fue trasladado, falleció.
Lorena, quien tiene dos hermanos más, dice que su familia la apoya en sus dos carreras, que son antagónicas: paramédico y criminóloga, vida y muerte. No suelo contarles lo que hago, porque la perspectiva sería diferente, aunque te vuelves más cuidadosa y prevenida, y tratas de que tu familia también lo sea.
Los fines de semana y los días de quincena es cuando hay más emergencias. Aunque en los últimos años, cada vez más aumentan los atropellamientos a las personas de la tercera edad.
Sin embargo, dice la joven, "durante este trayecto los socorristas tenemos que sortear diversos peligros", entre ellos la velocidad con la que va la ambulancia, la falta de apoyo por parte de automovilistas que no ceden el paso y el riesgo latente de contagiarnos de cualquier enfermedad al ayudar al herido.
Pese a ello, Lorena planea quedarse más tiempo en la Cruz Roja, ya que su mayor satisfacción es ayudar a la gente.
Cruz Roja pide respeto a socorristas
Fernando Suinaga, presidente nacional de la Cruz Roja Mexicana, explicó que en México se aplica el código internacional de acceso seguro para resguardar a los voluntarios en las zonas de violencia.
En entrevista durante el Día del Socorrista, donde se reconoció la labor de los elementos de la institución, pidió respeto por la labor que realizan paramédicos y voluntarios "porque la Cruz Roja es de todos los mexicanos y la única misión que tienen es salvar vidas y ayudar a las personas que están en desgracia".
Suinaga Cárdenas negó que haya zonas del territorio nacional donde no pueda ingresar debido a las condiciones de violencia que privan y explicó que la gente los reconoce como una "institución autónoma".
En su discurso en la sede nacional, donde se reunieron poco más de 200 voluntarios, el presidente de la Cruz Roja Mexicana calificó su labor como "heroica" y entregó reconocimientos por horas de servicio y antigüedad.
En el país existen 529 delegaciones, donde colaboran 29 mil socorristas en diferentes especialidades, como rescate de alta montaña, acuático y en estructuradas colapsadas; 350 de ellos están "totalmente capacitados en la intervención de desastres, dispuestos a movilizarse ante cualquier contingencia", dio a conocer el titular de la institución.
Seguridad
Fernando Suinaga, presidente nacional de la Cruz Roja Mexicana, explicó que en México se aplica el código internacional de acceso seguro para resguardar a los voluntarios en zonas de violencia. En entrevista durante el Día del Socorrista, pidió respeto por la labor que realizan paramédicos y voluntarios "porque la Cruz Roja es de todos los mexicanos y la única misión que tiene es salvar vidas y ayudar a las personas en desgracia".
Suinaga Cárdenas negó que haya zonas del país donde no pueda ingresar debido a las condiciones de violencia y dijo que la gente los reconoce como una "institución autónoma". El presidente nacional calificó su labor como "heroica" y entrego reconocimientos por horas de servicio y antigüedad.