El año futbolístico va presentando en su calendario serios retos para el entrenador en turno de cualquier equipo de futbol. Si bien es cierto que todos los juegos son difíciles, lo es más el reconocer que el grado de dificultad entre uno y otro partido es una realidad. Dentro de la liga, Santos tuvo en su rol de juegos un momento muy importante: después de perder como local ante Pachuca, en donde la gente reaccionó ante lo que pensó serían locos experimentos de Caixinha, el equipo lagunero se enfrentó al uno y dos de (en ese momento) la tabla general. Dependía mucho de esos dos partidos para que la confianza de la directiva, el público y los medios de comunicación continuara con el portugués, pues lo acontecido ante los Tuzos sí fue una minicrisis que pudo detonar varias cosas.
Lo que sucedió es que Santos sacó el empate de casa de los Tigres, en un juego que fue visible pudo ganar, venció como local al América y a partir de ahí ganó otros tres (Jaguares como visitante, Atlante de local y Atlas en Jalisco) para sumar cuatro victorias consecutivas. Desde entonces Santos no pierde. De hecho, es el mejor equipo de la liga en cuanto a últimos resultados se refiere. Con ocho juegos invicto, a nivel nacional surgió una tabla de posiciones considerando únicamente las últimas ocho jornadas, Santos es primer lugar.
Cuando parecía que el calendario sería benévolo y que Santos simplemente caminaría gustoso hacia la liguilla, el torneo Concachampions se atraviesa y da lugar a que los Guerreros se enfrenten a su tan acérrimo rival Monterrey en dos ocasiones consecutivas y muy cercanas. Los regios visitarán el viernes en la liga a Santos, pero también lo harán el martes para disputar la final de ida en el TSM. Esta será una prueba más para Pedro Caixinha, pues sabemos del malestar que causa en los pobladores de la región perder contra equipos regiomontanos y mucho menos si de una final se trata. Lo peor, es que ambas cosas ya sucedieron precisamente hace un año. Monterrey venció a Santos en una final en su propia cancha para acceder al tan ansiado y ambicionado Mundial de Clubes.
Es inmejorable la oportunidad para Caixinha. Vencer a Monterrey, vencer a Monterrey y después vencer a Monterrey en su casa. No es un error de redacción, lo puse tres veces porque tres veces consecutivas se enfrentarán. Es muy difícil lograrlo, pero con la inercia explicada al principio, creo que puede lograrse.
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