Aunque para ningún equipo de Primera División está como principal objetivo ganar la Copa MX (aunque, quién sabe, habrá que preguntarle a las directivas de Atlante, Chiapas, Puebla y Atlas si acaso lo es) lo cierto es que para Santos ha significado un fracaso, no el hecho de no quedar campeón en esta copa que tiene más de X que de M, sino de no haber siquiera avanzado a la siguiente ronda y quedarse atorado en la fase de grupos en donde había dos equipos de Primera A.
Nunca supimos si Santos enfrentaría con seriedad este torneo. Se había dicho que sí, que todas las competiciones en las que los Guerreros participen serían respaldadas con su respectiva (y relativa, quiero suponer) importancia, pero parece que una serie de mala toma de decisiones dejó fuera a Santos de esta competición.
Aunque se jugó con el equipo B, ese segundo equipo tiene gente como Osmar, Baloy, Rafa Figueroa (hasta aquí, tres hombres titulares que fueron la defensa menos goleada del torneo anterior) Crosas, Escoboza, Herrera, Rentería, Chuletita y puedo agregar dos o tres nombres más. Es decir, esto que acabo de relatar es un equipo de Primera División, quizá no aspirante al título de liga, pero que perfectamente puede competir en el torneo nacional de primer nivel.
¿Por qué, entonces, no se califica ni siquiera a la siguiente ronda, situación que no se antojaba tan complicada? Creo que son dos cosas las que perpetuaron esto: el no ser capaces de anotarle a Cruz Azul Hidalgo en ninguno de los dos partidos restó a Santos muchísimo con tanto criterio de desempate y punto extra y sobre todo la forma en que se encararon los juegos ante Tigres. En ambos se hizo mucho experimento y casi todos fueron fallidos. Creo que si Oswaldo juega en el último ante Tigres, el torneo se rescata, pues Julio González en ambos juegos demostró que tiene grandes reflejos pero aún mucho por pulir, sobre todo en la ubicación.
No queda más que apostar todo en la Liga, pues ahora ya no hay Concachampions que nos ladre.
Twitter: AlexRodriguezSa