Desconozco si sea lo adecuado, pero soy de los que piensa que el aficionado a determinado club de futbol no está obligado a asistir ande como ande el equipo. Esa filosofía que tienen los equipos de Monterrey, de apoyar en las buenas y las malas, puede generar resultados y quizá sea lo óptimo, pues ambos clubes han cosechado resultados. Pero en mi forma de ver las cosas, no coincido. Creo que ante todo, el futbol es un espectáculo que se paga y, habiendo pagado espectáculo, espectáculo hay que ver.
Recuerdo los corajes que he hecho cuando en declaraciones, un Raúl Arias, Luis Fernando Tena, José Luis Trejo, Tuca Ferreti, el mismo Romano en Santos, argumentaban que el punto rescatado era importante, el empatito a cero los ayudaba a sumar, que ellos no estaban para satisfacer a la tribuna sino para alcanzar un resultado. Que defendieron el gol que metieron desde el minuto 10 todo el partido y aunque sacrificaron a la tribuna y el espectáculo, el punto, aunque sea como local, suma y eso es lo importante.
Tanto ha dañado esa actitud a nuestro futbol, que se refleja en la enorme crisis histórica que tiene hoy la Selección Nacional. El enorme tiradero que hizo Chepo de la Torre, quesque entrenador con características defensivas, y los dos patéticos juegos que dirigió Vucetich, los peores planteados y decididos que he visto en mi vida, son el resultado de esta mediocre filosofía. Por eso entra al quite un entrenador que da espectáculo y es ofensivo: Miguel Herrera. Ayudado de dos equipos que poseen las mismas características: el Santos de Caixinha y el León de Matosas.
La afición por supuesto debe ser una generadora de crítica y puede exigir. No apoyar por apoyar y aplaudir todas las decisiones. En lo personal no me gustó el slogan que utilizó Santos hace poco: "La Fe es Ciega", pues se aleja de todo lo que, en lo personal, busco, que es el conocimiento, la autocrítica, el saber de dónde viene todo y para qué. Entiendo el sentido religioso y juego de palabras que buscó el equipo, pero yo estoy lejos de aceptar dogmas por medio de la fe, esa es simplemente una percepción particular.
Lo que sí es de llamar la atención, es que el Santos de Caixinha bien que genera espectáculo y resultados. Tiene rato haciéndolo y aún así la afición no ha respondido. Hace poco la nueva directiva se aventuró con la odisea de quedarse y mantener al equipo en La Laguna para beneplácito de todos, en un esfuerzo que incluía a todos y no sólo al capital de los directivos. Algo pasa porque incluso con un calendario benévolo para el aficionado, siguen quedando asientos vacíos. En una encuesta que hice vía Twitter y Facebook que llamé "tú que ibas al TSM y ya no vas, ¿por qué es?" la mayoría de las respuestas fueron: altos costos de boletos, mal horario y productos caros dentro del estadio, entre otras respuestas.
Yo ni siquiera me molesto en escuchar a los que añoran el viejo TSM, pues no se puede ser tan retrógrada en la vida. La seguridad, ambiente familiar y comodidad que brinda este nuevo estadio son sus principales cualidades, lejos de si la tribuna pesa o no, pues lo primero es la integridad del aficionado y que puedan ir mujeres y niños, cosa que antes era todo un riesgo.
Tenemos futbol de Primera División, un gran equipo y con un excelente plantel, a Oribe Peralta en vida. La apuesta por mantener a Santos en La Laguna fue alta y la afición, ante un buen producto, debe sumarse a este esfuerzo.
@AlexRodriguezSa