Este es el segundo torneo de liga que dirige Pedro Caixinha a Santos y en ambos lo ha calificado hasta semifinales. Por supuesto que en este último podrá traspasar dicha instancia y llegar hasta la mismísima final, pero para ser un entrenador que en México nos era a todos desconocido, sus números son bastante buenos. En otro torneo que dirigió a mitad de año, la internacional Concachampions, también logró llevar a Santos hasta la semifinal, ganarla y llegar a la gran final ante Monterrey en donde llegó a tener el trofeo en sus manos por cuantiosos minutos, lástima de sus mismas decisiones durante el segundo tiempo, porque hubiera hecho lo que pocos: coronarse en la cancha de los Rayados, desquitando así la afrenta que los regios hicieron con los laguneros un año antes en la misma competencia. Quizá el único negrito en el arroz fue la participación en el torneo de Copa, la famosa y nada divertida Copa MX, en donde Santos quedó eliminado en la primera ronda, mucho por no ser capaz de anotarle en dos juegos al Cruz Azul Hidalgo, aunque sabemos que tal competición se jugó con equipo alterno en sus primeros juegos. Todo hay que decirlo, ese equipo alterno lo envidiarían más de cuatro equipos de la Primera División.
Sin embargo, los números de Pedro son del todo positivos. Cuántos y cuántos entrenadores extranjeros con un historial bien acreditado han fracasado rotundamente en nuestro futbol por no saber descubrir el agua de limón, cosa tan sencilla y compleja a la vez, como es la psicología del futbolista mexicano, la idiosincrasia de nuestro torneo, la prensa tan aplaudidora y crítica a la vez y en fin, todo lo que abarca este surrealista torneo nacional que tan bien han sabido leer los entrenadores chambistas, tantos de ellos hay, y tan poco han entendido las mejores mentes en el mundo del futbol que han venido a trabajar y se han ido muy pronto.
Lo cierto es que en la banca de Santos hay un entrenador con capacidad, que estudia, sabe y lo refleja en resultados. Se ha equivocado, como en la final ante Monterrey de la Concachampions, pero ha sido poco en comparación de lo que se ha ganado y lo que aún puede venir en este torneo. Los demás entrenadores se han quejado de Caixinha, que por peleonero, quizá sea cierto y habrá que tener más cuidado, pues su ausencia sólo perjudicará al equipo. Pero a veces es mejor tener en el banquillo a un técnico que explote y que pese como ciertamente lo hace Pedro, que a un gris, estático, quieto, pasivo e inmóvil como también los hay tantos en nuestra liga y los hubo, tres consecutivos, hace poquito en nuestra Selección.
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