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Solo y Sin Marca

Alejandro Rodríguez S.

Para Santos Laguna terminó otro torneo y aunque llegar a una semifinal siempre será más bien positivo que negativo (¿cuántos equipos importantes firmarían con los ojos cerrados llegar hasta esta instancia al comenzar una temporada?) también es cierto que una vez más los Guerreros se quedaron atorados en el camino de la semifinal sin poder acceder a la tan esperada final. El semestre pasado ante Cruz Azul y ahora ante León.

Aunque en los dos juegos el equipo del Bajío fue superior, hubo un momento en que Santos pudo haber ganado la eliminatoria: me refiero al segundo tiempo cuando cae el gol de Oribe. Tantas llegadas de los locales, variantes, velocidad y tino en los pases, auguraban que no tardaría mucho caer un segundo gol (que lo necesitaba Santos para avanzar) e incluso un tercero, tal era el torrente de llegadas al marco de León.

Pero acontecieron dos cosas: dentro de su desesperación por ganar el partido y quizá demasiado pronto, Caixinha sacó del campo a Alanís y Marc Crosas paro dar entrada a Mauro Cejas y Daniel Rentería. Estos dos cambios fueron los que terminaron por partir al equipo y acabó por desacelerar el buen juego que ya mostraba Santos. Sin ser los grandes jugadores, Alanís provocaba mucho juego en el arco rival y realmente estaba imprimiendo corazón en este juego de vuelta. Crosas, sin ser favorito de la tribuna y quedando mucho a deber en su calidad de extranjero, le dio orden y equilibrio a la media cancha, ayudando a Juan Pablo y sorprendiendo con sus exactos pases largos que le daban vida al juego. Ambas cosas se perdieron, pues Cejas tuvo un mal partido, se equivocó mucho y fue impreciso a la hora del toque final sin lograr realmente culminar jugadas. El caso de Rentería fue extraño. Casi no jugó durante el torneo y entró en el momento más difícil para el equipo durante toda la temporada. Un poco comparable al ingreso que envió Vucetich de Brizuela en Costa Rica. Poco tocó el balón porque sus mismos compañeros poco juego le dieron, pues poca fue la confianza que brindó a los de su mismo equipo para intentar ofender.

Lo segundo que aconteció: el gol de León que terminó por sepultar las aspiraciones de Santos, quien no se volvió a levantar de la lona tras esa anotación y que defendía su arco en los últimos 5 minutos en lugar de estar atacando al contrario.

No se pudo. No se fue capaz. El futbol y el deporte son así. Por mucho lo mejor de la noche fue la afición despidiendo a Santos con aplausos y vítores de reconocimiento por el muy buen torneo que se tuvo. Es hora de reflexionar, saber qué se hizo bien, qué mal y tomar acertadas decisiones.

Twitter: @AlexRodriguezSa

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