La implantología hoy en día es una práctica con base científica que se ha construido a lo largo de las memorias de la historia, esta disciplina ha surgido con el fin de cubrir la necesidad de sustituir el funcionamiento de algún órgano dental. Se ha descrito desde épocas muy antiguas de la existencia de sucesos íntimamente relacionados con la implantología, en la arcaica África se tiene como principal evento el hallazgo de un cráneo femenino en la región de Faid Souard Argelia, el cual da muestra de la colocación de la primera implantación en la historia de la humanidad hace 9,000 años. Lo sorprendente de esto es el haber colocado el hueso de la falange de un dedo en el alveolo o hueco que queda al extraer un diente en este caso un premolar que es el diente que sigue al colmillo o canino. América no fue la excepción, una de las más grandes culturas como es la maya, tuvo protagonismo en la aportación de acontecimientos a lo que la implantología refiere: en una región llamada La Playa de los Muertos en Honduras se descubrieron pequeñas porciones de concha incrustadas en el área de los incisivos o dientes de mandíbula este caso tiene la relevancia de haber sido colocado in vivo aproximadamente en el año 400 ó 600 d.c. En los Siglos XVII y XVIII se siguieron teniendo reportes de intentos y estudios en busca de la colocación de implantes dentarios. Teniendo como lugar principal Francia, siendo así la influencia en toda Europa y América del Norte principalmente se empezaron a realizar prácticas y reimplantación dentaria a partir de extracciones a plebeyos que más tarde se colocarían en nobles. En el Siglo XIX y XX, existió un marcado retroceso en la práctica de implantación dental, teniendo como principal móvil cuestiones relacionadas con la moral y los procesos higiénicos; esto se debió a las creencias de que no era correcto la explotación de un órgano de una persona de clase baja para implantarlo a una persona de clase mejor acomodada, así como la pronunciada transmisión de enfermedades respectivamente. La historia de la implantología moderna comienza aproximadamente en el año 1940 con la implantología tipo tornillo introducido por Formiggini; éste fabricado en materiales como cromo cobalto, el diseño en tamaño y en biomaterial tenía muchas desventajas, entre las cuales era que al recibir fuerzas laterales se fracturaba; sin embargo los estudios, observaciones y sobre todo las prácticas no paraban, teniendo a su cargo múltiples personalidades estudiando los fenómenos acontecidos durante los siguientes años. Los años seguirían siendo fructíferos para el desarrollo de nuevas teorías, materiales e investigación de la implantología, existiendo importantes aportaciones en Italia y España principalmente; sería imposible mencionar a todos los personajes históricos que con sus aportaciones nos dieron el privilegio de llegar a este punto de la línea de investigación. Daremos un salto al año 1952 cuando Ingvar Branemark considerado el padre de la implantología moderna; quien por casualidad y a partir de una investigación en conejos, estudios microscópicos en hueso Tibia y Peroné donde la idea era evaluar la recuperación del hueso introduciendo cámaras óptica de titanio en un tubo roscado que al pretender retirarlo descubrieron las bondades de la integración de ese metal al hueso dando origen a la implantología con el titanio.
