En un escueto comunicado la Secretaría de Hacienda dio a conocer este 31 de mayo que a partir del primero de junio aumentan en 11 centavos los precios de las gasolinas y el diesel. La SHCP trató de presentar la medida como una buena noticia que mantiene "la política de mitigar los efectos de las variaciones en los precios internacionales del petróleo y de sus derivados sobre el bienestar de las familias y la competitividad de las empresas de nuestro país".
"Los consumidores mexicanos seguirán recibiendo un apoyo que, en el primer cuatrimestre de 2013, ascendió a 42.3 miles de millones de pesos" (traducción al español: 42,300 millones de pesos). Es significativo que el comunicado no señaló cuáles serían los nuevos precios.
Un vistazo a las gasolineras revela que ahora los precios son de 11.47 pesos por litro de Magna, 12.03 de Premium y 11.83 por diesel. Estos son los mismos en todo el país, como si no hubiera diferentes en costos de transporte.
Mucho se nos ha dicho que el subsidio a la gasolina es consecuencia de que en México se cobra un menor precio que en los Estados Unidos, nuestro principal mercado de petróleo crudo y nuestro principal proveedor de gasolina importada. Si esto fue cierto en algún momento, ya no lo es ahora. La diferencia se ha vuelto mínima.
Según la página gasbuddy.com, que compara precios de gasolina en todo Estados Unidos y Canadá, el precio promedio de la gasolina "regular" en la Unión Americana en este primero de junio era de 3.635 dólares por galón. Esto quiere decir que, del otro lado de la frontera, se estaba pagando por lo que se supone es el equivalente a la Magna (en realidad la gasolina en Estados Unidos es de mejor calidad) un precio de 0.96 centavos por litro (3.7854 litros por galón). A los 13.15 pesos por dólar del mercado de ventanilla bancaria (Banamex) de este primero de junio, esto equivale a 12.62 pesos. Con los 12.50 que el dólar valía hace apenas algunas semanas, el precio de la gasolina regular en Estados Unidos era de 12 pesos por litro.
Algunos funcionarios afirman que la razón por la cual se siguen elevando los precios de la gasolina en México es porque en el verano éstos alcanzan en Estados Unidos un nivel más alto. La verdad, sin embargo, es que en México los precios de la gasolina siempre suben, nunca bajan, independientemente de las condiciones de mercado. El resultado ha sido convencer a los consumidores de que lejos de tener un mercado, contamos con funcionarios voraces que utilizan el monopolio de Pemex para obtener precios de extorsión.
El Gobierno federal previó en sus presupuestos que el subsidio a la gasolina para todo 2013 sería de 48,895 millones de pesos. Cuando menos una parte de este subsidio es virtual; es decir, no representa una pérdida real sino que se calcula sobre el precio de oportunidad de los combustibles en los mercados internacionales. Pero si a pesar de que el precio de las gasolinas en México es ya casi el mismo que en Estados Unidos, el que se tenga un subsidio de 42,300 millones de pesos en apenas cuatro meses de 2013 es señal de que algo está mal ya sea en la forma en que se hacen las cuentas o en la productividad de Pemex.
Es importante eliminar los subsidios a las gasolinas, pero también contar con un mercado más sensato y transparente. Para empezar es absurdo que se cobre el mismo precio en Tijuana que a boca de refinería en Veracruz. Es absurdo, por otra parte, que los ajustes sean siempre al alza y nunca a la baja.
Los precios pueden ser un regulador magnífico para el mercado. Pero nunca cumplirán con su función si los fija un burócrata con criterios políticos.
MÁS AUTOS
El gobierno capitalino no aprende. A partir de 2014 aplicará una vez más el Hoy No Circula a autos nuevos. Dice Tanya Müller, la secretaria del Ambiente, que el propósito es frenar el crecimiento del parque vehicular. Sabemos, sin embargo, que la medida multiplicará los autos.
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