Habla Sun Tzu en su única y maestra obra "El arte de la guerra" que es tan citada en tan variados temas y ámbitos de casi cualquier categoría universal que ahora me permitiré citarlo una vez más. En su capítulo titulado sobre la concordia y la discordia, trata sobre uno de los medios de guerra mejor planeada estratégicamente y una de ellas era, estar un paso siempre delante de tu enemigo y eso implica información, el que más la tenga en medida y calidad ventaja siempre tendrá, no es otra cosa que espionaje esta recomendación y textualmente dice: "La información previa no puede obtenerse de fantasmas ni espíritus, ni se puede tener por analogía, ni descubrir mediante cálculos. Debe obtenerse de personas; personas que conozcan la situación del adversario", la enseñanza de espionaje llega al grado de clasificarlos en 5 tipos: nativos, internos, doble agentes, liquidables y flotantes, al parecer a lo largo de la historia el gobierno estadounidense ha llevado registro operativo de todos estos y lo que ha culminado en el caso Snowden ya a estas alturas es un auténtico escándalo.
Edward Snowden, quien fue declarado este verano por un organismo de transparencia internacional alemán como "El mejor informante del año" se convirtió este verano en el siguiente Jay Carney (fundador de WikiLeaks), al ser un renegado con agallas lo suficientemente grandes para desafiar al gobierno más poderoso y sofisticado del planeta, en un impulso revolucionario desde su residencia en Hawaii comenzó una campaña en la que revelaría los más ocultos y oscuros secretos de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) de quien dependen todas las agencias de inteligencia estadounidenses, incluyendo la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA). La indignación pareciera totalmente injustificada por parte de ciudadanos estadounidenses y gobiernos del mundo, sería aceptable esa postura obtusa y desconsiderada de creer que es injustificada la reprobación si la dimensión contextual en la que viviéramos fuera la antigua China y Roma en la que vivieron Sun Tzu y Julio César. Un mundo sumido en el que la hostilidad y belicosidad eran el nicho principal, al grado que cualquiera incluso tus propios aliados podrían en todo momento tramar un acto de alta traición o proferir tretas aciagas en contra de su soberano, era entendible entonces, no estoy seguro que lo sea a estas alturas de la civilización.
¿Por qué el gobierno estadounidense concurrió a fundar la Organización Mundial de Naciones y ha acudido como principal y protagónico emblema de la hermandad de estados si hasta la fecha no ha hecho un solo acto que haga creíble su creencia sobre que es posible dicha unidad internacional?, la respuesta es la misma para todos los cuestionamientos que puedan efectuarse sobre las causas de todo lo que hacen portando el estandarte de la más grande incongruencia.
No es de extrañarse que exista espionaje por sí mismo, a lo largo del tiempo la mayoría de los gobiernos lo ha empleado, desde la Reina Isabel I, al conocer la conspiración en su contra por parte de María Estuardo, hasta los zares rusos con su incipiente servicio secreto en épocas de Iván el Terrible y qué decir de la Alemania nazi. Lo que resulta inasequible es la infamia que implica dar la mano de amistad con una mientras con la otra se emplea el subterfugio y la secrecía para seguirle la pista a quien muestras ser tu aliado.
Hasta la fecha Snowden vía el diario británico de The Guardian, ha revelado inflitraciones en comunicaciones de toda índole: redes telefónicas, correos electrónicos confidenciales, información cifrada electrónica de más de 30 mandatarios en el mundo y que decir de particulares. Y en el que hasta empresas como Google, Microsoft, Facebook, Apple, Yahoo!, Skypee, YouTube y algunas más, no obstante que el director general de Google Eric Schmidt calificara en declaraciones de indignante e ilegal que su Gobierno interfiriera en la empresa que representa asumiéndose inocente.
Esa es la ignominia en carácter de imperdonable no obstante la tibieza europea y mexicana frente al evento, los medios de los que hicieron mano y los fines perseguidos son los que le dan esa gravedad al gobierno no sólo de Obama sino al mismo que ha habido en aquel país desde mediados del siglo anterior.
Y es esa impresión tan lógica y globalizada que las represalias no sólo externas sino parte del propio pueblo estadounidense, han llevado el tema al Senado en aras de reforma, los estadounidenses se sienten desnudos frente a su poder público, las asociaciones no pueden soportar el escarnio del que son objeto como nacionales norteamericanos, las diatribas de la semana pasada de parte del secretario de Estado lo respaldan: "En algunos casos, reconozco, como ya ha hecho el presidente, que estas acciones han llegado demasiado lejos y nos vamos a asegurar de que no pase de nuevo en el futuro".
Lo terrible del caso es la postura permeable de ese país a actuar sólo en función de sus propósitos, sostener que son autores de la hermandad de naciones al tiempo que esperan a que su pueblo reaccione para actuar, es lo que resulta vejante.
@alanbarrasa