Legado. Nelson Mandela se debate entre la vida y la muerte y el gobierno reconoce su labor.
El escritorio luce impecable y los libros se ven cuidadosamente alineados en la biblioteca de la oficina de Nelson Mandela en una fundación de Johanesburgo que lleva su nombre, pero el expresidente sudafricano y héroe de la lucha contra el régimen de segregación racial no trabaja allí desde hace años.
El cuarto minuciosamente preservado es uno de los muchos homenajes al legado de un exprisionero que llegó a ser tan venerado por sus esfuerzos para reconciliar una nación dividida por raza que muchos sudafricanos ni se atreven a hablar abiertamente sobre la posibilidad de su muerte. Esa reticencia está empezando a resquebrajarse en momentos en que el paciente de 94 años recibe tratamiento por una infección pulmonar persistente el martes, en su cuarto día en un hospital de Pretoria.
El presidente Jacob Zuma dijo a la emisora estatal SABC que el estado de Mandela era "muy grave", pero agregó que se había estabilizado.
El pueblo eleva plegarias por Mandela mientras se deteriora la salud del héroe nacional agravada por una serie de internaciones hospitalarias en los últimos meses. La descripción de Mandela como "devastado por el tiempo" en la declaración de una fundación dirigida por el arzobispo retirado Desmond Tutu y su esposa, refleja el estado frágil del reverenciado paciente.
Los temores por su salud se han intensificado en las últimas semanas, desde que un video difundido en abril por la televisión estatal lo mostró silencioso e insensible, aun cuando el presidente Zuma trataba de tomarle la mano.
AÑOS
Pasó preso Nelson Mandela por su lucha.