Inician. Entre lágrimas, risas y temor, los niños y niñas de preescolar comenzaron su primer día de clases.
Con lágrimas en los ojos Emiliano despidió a su madre para iniciar sus clases en el Jardín de Niños Estefanía Castañeda.
Es su primer año de preescolar y la separación de su madre por unas horas fue motivo suficiente para comenzar a derramar lágrimas, abrazarla fuertemente y buscar a toda costa no ingresar al aula.
"No quiero que te vayas mami", repetía el niño mientras ingresaba al salón.
El llanto fue secundado por otros menores que lo estaban conteniendo, aunque no fue generalizado.
Algunas madres se pararon frente al salón y explicaron el motivo de la separación prometiendo que estarían juntos de nueva cuenta al finalizar la jornada.
"Ahí quédate mamá, espérame", dijo Luis señalando la entrada del plantel.
Los maestros y maestras apresuraron a los padres a abandonar el plantel para evitar que el llanto de los niños se prolongara y por fin comenzar el nuevo ciclo escolar.
Es en preescolar donde los niños experimentan esa sensación de abandono o el temor a sufrirlo por lo que es común el llanto. Con el regreso a clases volvieron también el tráfico vehicular, las prisas y las desveladas.
Desde poco antes de las siete de la mañana comenzaron a circular con mayor rapidez y fluidez los vehículos en las principales arterias del Municipio para incrementarse cerca de las ocho de la mañana y posteriormente, después del mediodía. Autoridades educativas reportaron que en el inicio de clases no se registraron incidentes.
