Las autoridades de Filipinas elevaron hoy a ocho el número de muertos en una emboscada de rebeldes comunistas contra una unidad de elite de la policía en el norte del país, en la que resultaron heridos otros siete agentes, informó la prensa local.
Un mina para vehículos explotó al paso de una brigada de las Fuerzas de Acción Especial de la policía filipina por una carretera cercana a la ciudad de Barangay, en la provincia de Cagayan, en la isla de Luzón.
Tras la explosión, un grupo de 30 personas armadas del Nuevo Ejército del Pueblo abrió fuego contra los agentes y causó la muerte a siete de ellos, declaró a los medios el portavoz de la policía de Cagayan, Cesar Orlanes.
Además, ocho personas resultaron heridas, una de las cuales murió al llegar al hospital, indicó la policía a la cadena de televisión GMA.Según Orlanes, la emboscada tuvo lugar después de que los agentes salieran de su cuartel para someterse a una revisión médica en Barangay.
El ataque se produce casi un mes después de que el Gobierno filipino diera por suspendidas las conversaciones de paz iniciadas en 2011 con la guerrilla comunista, una de las insurgencias más veteranas de Asia, ante la negativa de los rebeldes a declarar un alto el fuego.
El Nuevo Ejército del Pueblo, brazo armado del ilegal Partido Comunista, cuenta con unos 6,000 combatientes y lleva 44 años de lucha armada en un conflicto que ha causado cerca de 30,000 muertos.
