El domingo 20 de enero los 49's de San Francisco visitaban a los Halcones de Atlanta por el partido de campeonato de la Conferencia Nacional, donde todo parecía suponer, después de los primeros 16 minutos de juego, que el equipo de casa alcanzaría la victoria de manera fácil. Sin embargo, la historia se revirtió, y Colin Kaepernick y los de la bahía lograron remontar el partido para alzarse con el triunfo.
Ese mismo domingo, pero horas más tarde, los Patriotas de Nueva Inglaterra llegaban como favoritos y le hacían los honores en su casa a los Cuervos de Baltimore en la final de la Conferencia Americana. La primera mitad se decantó por el lado de los locales, sin embargo, Joe Flacco y los "pájaros" tenían un as bajo la manga y sacaron lo mejor de su ofensiva, 17 puntos, y de su defensiva, cero anotaciones rivales, para llegar así de una manera contundente al juego por el campeonato de la NFL.
Los 49's son los grandes favoritos a este duelo. Tuvieron una mejor marca durante la temporada regular y tienen en Kaepernick, un quarterback de segunda selección novato, con la capacidad de evadir oponentes, un brazo potente y largas piernas, a su mejor jugador, que desde que alcanzó la titularidad a media temporada no la ha soltado, y ha demostrado por qué Jim Harbaugh ha confiado en él para hacerse dueño de la posición clave del equipo.
Además de lo anterior, San Francisco tiene un récord de liga, al ser el único equipo que no ha perdido un solo Super Bowl luego de haber disputado dos o más veces este partido. Los 49's poseen una marca de 5-0 en el gran duelo.
Por otro lado, los Cuervos llegan con una marca de 1-0 en juegos por el máximo galardón de la National Football Legue y tratarán de demostrar que su estancia en este partido no es obra de la casualidad.
Joe Flacco llega con mucha más experiencia en los emparrillados que su homólogo rival y tiene un historial excelente fuera de Baltimore en la postemporada: sus seis victorias como visitante son la mejor cifra para cualquier mariscal, además de que al finalizar el partido del domingo, el mariscal de campo de los Cuervos quedará como agente libre, por lo que salir triunfador en el Super Tazón subirá, y en mucho, su precio.
Pero sin duda alguna, la atracción y el morbo de la edición número 47 del juego más importante en la NFL, que tendrá lugar este domingo en la ciudad de Nueva Orleáns, es que por primera vez en la historia se verá enfrentarse a dos hermanos como entrenadores en jefe, John y Jim Harbaugh, en un duelo que ha sido publicitado como "Harbowl" o "Superbaugh".
Hasta ahora, los hermanos Harbaugh han sido muy cuidadosos de no realizar llamadas telefónicas entre ellos, y sólo han intercambiado mensajes de texto, como todos unos profesionales.
John Harbaugh, quien está en su quinta temporada como entrenador en jefe, ha hecho de los Cuervos de Baltimore un equipo de Super Bowl, algo impensable hace tres meses, cuando perdían tres partidos consecutivos a manos de los Acereros, los Pieles Rojas y los Broncos.
Por su parte, Jim Harbaugh luce un récord envidiable para muchos. Con apenas dos temporadas en la NFL, puede presumir sus 24 victorias y sus escasas ocho derrotas; mientras que en la postemporada tiene cuatro triunfos y sólo un descalabro.
La historia de los hermanos Harbaugh me suena particularmente conocida. En 1994, el director de cine Duwayne Dunham sacaba la película "Pequeños Gigantes" (Littles Giants). En esta cinta, los hermanos Kevin y Danny O'Shea disputaban el duelo final por el campeonato juvenil de la ciudad de Urbania, Ohio, ambos como entrenadores de los equipos finalistas, respectivamente.
El "Super Domingo" nos depara dos quarterbacks en gran momento y dos hermanos en la lucha por la gloria, en la que 19 años después, y casi como en el cine, podremos volver a disfrutar de esta historia, sólo que esta vez será en la vida real, lo cual me hace suponer que el Super Bowl XLVII será un duelo de película.