Un juez estatal de Texas ordenó hoy suspender la ejecución de una mujer que se habría convertido en la número 13 a la que se le aplicaría la pena de muerte en Estados Unidos desde 1976.
El juez Larry Mitchell aceptó los argumentos de los abogados defensores de Kimberly McCarthy, para suspender por dos meses la ejecución de la mujer que estaba programada para las 18:00 horas locales de este martes.
De acuerdo con los abogados de McCarthy, en el segundo juicio en el que fue sentenciada a muerte, el jurado fue escogido en forma inapropiada racialmente en perjuicio de su cliente.
El jurado que sentenció a McCarthy, una afroestadunidense de 51 años, estaba conformado por 11 personas de origen anglosajón y una de origen afroestadunidense. La defensa tendrá ahora tiempo para sustentar sus argumentos.
La ejecución habría convertido a McCarthy en la mujer número 13 a la que se la aplicara la pena de muerte en Estados Unidos desde 1976 cuando se reactivó el castigo capital en este país y la primera desde hace dos años.
McCarthy, de 51 años y de origen afroestadounidense, fue declarada culpable y sentenciada a la pena máxima por matar a cuchilladas a su vecina, Dorothy Booth, una maestra de psicología de 71 años, el 21 de julio de 1997 en Lancaster, un suburbio del sur de Dallas.
De acuerdo con las autoridades, McCarthy ingresó a la casa de Booth bajo la falsa pretensión de pedir prestado un poco de azúcar, para apuñalarla y darle muerte a fin de robar sus pertenencias.
Evidencias presentadas en el juicio mostraron que McCarthy cortó el dedo anular izquierdo de Booth para tomar su anillo de diamantes.
Luego robo el automóvil Mercedes Benz, de la víctima y fue a empeñar el anillo por 200 dólares para ir a comprar “crack”.
Las autoridades presentaron como pruebas, el uso de las tarjetas de crédito de Booth, por parte de McCarthy, y muestras de su ADN dejadas en el cuchillo utilizado en el crimen.
Las autoridades pudieron también ligar a McCarthy con otros dos asesinatos de mujeres de edad avanzada, uno utilizando como arma un ablandador de carne y otro con un martillo, registrados una década antes.
La ultima ejecución de una mujer en este país se registró en Virginia, al aplicársele la pena máxima a Teresa Lewis, el 23 de septiembre de 2010.
Datos del Centro de Información Sobre Pena de Muerte, señalan que hasta abril de 2012, había 61 mujeres sentenciadas a muerte en Estados Unidos, lo que constituía apenas el 1.92 por ciento del total de las personas sentenciadas al castigo capital.