Te engañó tu ego
La evaluación más importante sobre una persona la ejerce ella misma. No hay juez más sabio ni con mayor evidencia disponible para decidir acerca del amor propio, la dignidad y el talento individuales. Con todo, la tentación del exceso es permanente y la condición de alerta necesaria, a fin de que el ego no engañe.
El ego se define como el exceso de autoestima, la condición que sutilmente, casi sin sentirla, contribuye a vivir la soberbia, la prepotencia y la egolatría, e incrementa el riesgo de admitir la corrupción, la violencia e incluso el delito como formas aceptables de escalar en las jerarquías económica, política, familiar y conyugal. Avanza y se consolida mediante el autoengaño y la profecía autocumplidora. Sus beneficios son aparentes y sus costos terminan siendo incalculables, pues daña a la persona y a su entorno.
Su síntesis se encuentra en el egoísmo. Todo cambio en el contexto en que se vive, en especial cuando es súbito e inesperado, conlleva el riesgo de asumir el rol de ‘la máquina del tren’, ‘la divina garza’ o ‘la vaca sagrada’. Una casa nueva, un aumento de sueldo, un círculo social de mayor estatus, un nivel educativo superior, el ‘premio mayor’ o una pareja deslumbrante.
Pero como toda burbuja inflacionaria, el proceso de dejarse llevar por el ego tiene un punto de quiebre donde se produce la regresión y cuyas dos manifestaciones básicas son la explosión o el desinflado. En ambos sucesos la condición de vida se empobrece, pues no regresa a donde estaba sino que desciende por debajo del nivel inicial.
LA OPCIÓN ASERTIVA
El amor propio, como antídoto para el ego, es el mejor cimiento para el desarrollo integral de un ser humano. Se inaugura en el vínculo materno-filial, con los testimonios de ternura y confianza que recibe un bebé en la etapa inicial de su existencia y se consolida con la relación paterno-filial a partir del riesgo, de la presencia acompañante y del encuentro con las realidades externas: la Naturaleza y la sociedad. El hijo que da sus primeros pasos experimenta el cuidado materno que lo protege de tocar el suelo en una caída, y la atención paterna que lo invita a levantarse y a intentarlo nuevamente. La calidez y la frialdad ponen al niño en contacto con su interior, lo enseñan a valorar sus recursos y talentos tanto físicos como mentales, y cultivan el afecto hacia sí mismo.
Lo egocéntrico, como momento en la construcción y afianzamiento de la autoestima, es un paréntesis donde la persona busca estar consigo, temporal y necesariamente. Así se muestra en la etapa intrauterina, en el juego en solitario del preescolar, el aislamiento adolescente, el espacio de la pareja, la entrega académica y laboral.
En la mayoría de los casos el pasaje fortalece al individuo y éste surge mejor calificado para asumir lo que siga. En algunos se manifiesta el flujo (flow) como actividad en la que se usa la capacidad personal completa, con un alto nivel de concentración, sin percibir el paso del tiempo ni la presencia del hambre o del cansancio y libre de emociones (Csikszentmihalyi, 1991). Cuando el flujo termina, el sujeto se siente vigorizado, satisfecho y pleno, y ahora sí agotado y hambriento. Cualquiera puede vivir esta experiencia, disfrutar los beneficios que acarrea.
EL ESTADO DE ALERTA
Sin embargo la tentación del ego, del ‘exceso de autoestima’, es permanente y puede atrapar a cualquier ser humano: desde el niño que completó la misión en su juego de video hasta el adulto que obtiene el premio al ‘ejecutivo del año’, de la niña con su vestido nuevo a la mujer que ocupa la presidencia. Empuja a ser lo que no es y a gastar lo que no se tiene, a plagiar una obra o a defraudar una empresa. Todo con tal de mantener arriba el ego.
Esa amenaza necesita de atención por parte de la persona y de su red social de apoyo. El producto final se concreta en el establecimiento de límites claros y sencillos en todas las áreas de la realidad. ¿Qué se necesita para vivir con dignidad, sin el lujo exagerado ni el derroche insultante? ¿Cuál casa, auto, alimento, bebida, escuela, destino vacacional, opción vocacional y empleo? ¿Cómo asegurar un perfil humano, normal y seguro para disfrutar la vida? Es tiempo de convicción.
Desde el individuo, un límite se asume mediante la educación continua en el ámbito académico o laboral de interés, tomando el reto de ser cada vez un poco mejor con respecto al nivel de logro anterior. Los atletas de alto rendimiento suelen vencerse a sí mismos al bajar sus tiempos o superar su récord. Así, privilegian ser competentes (contra su ser) sobre ser competitivos (contra los demás).
Dichas ‘fronteras’ también se consiguen desde los otros, especialmente desde aquellos que integran el primer círculo de relaciones (familiares, amigos y compañeros), mediante la retroalimentación activa. Dado que nadie se ve en vivo, su espejo privilegiado se encuentra en la mirada y en el rostro ajenos. ¿Qué dicen sin decir? ¿Cuáles palabras enuncian al reflejar lo que observan y escuchan, y al expresar su sentir y su pensar? Contar con un confidente, asesor, supervisor, es uno de los regalos más excelsos.
La ausencia de límites incrementa la probabilidad de llegar al extremo, a la zona donde el riesgo de catástrofe es muy alto. Descubrir la máscara que cubre al verdadero rostro del exceso es una experiencia muy fuerte y dolorosa, tanto que puede arrojar al sufrimiento y a la depresión, y provocar daño físico y mental en quien se dejó cegar por el ego y quienes le rodean. Cuando este escenario se presenta, el desmoronamiento suele ser inmediato y de alto impacto.
LA NECESARIA HUMILDAD
La humildad como virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento, complementada por el reconocimiento de las cualidades y fortalezas, constituye el talento distintivo de cada ser humano. Su práctica mantiene a la autoestima en un rango saludable y a la persona centrada en el servicio a sí misma mediante el autocuidado y la autorrealización, y a los demás con la vivencia de la solidaridad de quien comparte lo que se es, lo que se sabe y lo que se tiene. Así se previene la aparición del ego.
El amor propio es importante y necesario para ser feliz y para contribuir, a través del testimonio, con la felicidad de los otros, sin importar su identidad o condición. Valorarse, aceptarse, son cimientos para conformar una vida plena. Lo importante es no dejar que esa autoestima se convierta en algo exagerado.
Correo-e: JuanManuel.Torres@lag.uia.mx
Fuente: Flow. The Psychology of Optimal Experience, Csikszentmihalyi, M. (New York: Harper Collins Publishers, 1991).