En nuestra corta historia como ciudad, hemos contado con la presencia de algunos talentos verdaderamente envidiables. En el campo del arte contamos con la obra de Salvador Tarazona Pérez, presente en el Teatro Isauro Martínez. Aunque jamás hubiera función alguna en este recinto, bastarían su preciosista decoración en estuco y sus murales para que atrajera toda clase de visitantes. Para muchos de sus contemporáneos, Tarazona no pasaba de ser una especie de híbrido entre artesano y artista. Sin embargo, nuestra ciudad no sería lo que es sin él.
Tarazona nació en Valencia en el año de 1876, de acuerdo a sus propias declaraciones. Era pintor, aunque no tenía estudios formales en esta disciplina. Durante los primeros años del Siglo XX llegó a México. Desembarcó en Puerto Progreso, en Yucatán, el 29 de septiembre de 1904. De acuerdo a sus biógrafos, él y su hermano estuvieron en Nueva York durante los primeros años de la Revolución Mexicana (1910-1914). Ahí decoraron el Teatro Metropolitano. Posteriormente decoraron los teatros El Principal, Virginia Fábregas, Esperanza Iris, Ideal, y Colón, en la Ciudad de México. Luego decorarían el Teatro Isauro Martínez de Torreón. El poco reconocimiento que Tarazona obtuvo durante su vida se debió, de acuerdo a algunos de sus biógrafos (entre ellos el cronista de Cuernavaca, Lic. Jesús Pérez Uruñuela) a una serie de desafortunadas coincidencias, a lo bohemio de su carácter, y a un cierto desdén por las relaciones sociales.
Su principal obra en Torreón, es el decorado del Teatro Martínez. Este teatro, inaugurado el 7 de marzo de 1930, alberga el genio de Tarazona en los siguientes puntos.
El plafón. En la parte más alta del interior del teatro, iluminado en matices de azul, rojo, verde y blanco, se representa la "inspiración" que el poeta recibe de las musas. Ahí mismo, Tarazona pintó una alegoría, que llamó "una vida" representada en una secuencia de 8 escenas que describen la vida de un hombre útil a la humanidad.
En la arcada central del teatro, hay tres composiciones de Tarazona. "El drama", representación de la leyenda del dragón hindú, al que dan muerte personajes vestidos de acero, "venciendo los destinos de sus creencias". "La comedia" es otra composición en la que se representa a un oriental llevando una máscara para meter pánico a las muchedumbres. La tercera composición trata de los "Sacrificios budistas", la cual llega hasta los palcos.
En las arcadas que parten del piso de la sala, sostenidas por etíopes y eunucos, figura a la derecha una composición con la entrada de los príncipes persas en el templo donde ofrecen sus riquezas al gran Buda. A la izquierda está representada la Arabia, con todas sus bellezas y danzas exóticas de odaliscas presenciadas por personajes montados en camellos.
La mano de Tarazona está también en la ornamentación de la sala, una verdadera filigrana de estuco, así como en el foyer y el vestíbulo del teatro, aunque en estilos diferentes.
El Teatro Martínez representa uno de los grandes tesoros arquitectónicos de Torreón y de la Comarca Lagunera, y ha sido el suntuoso marco para infinidad de eventos cívicos y artísticos. Valoremos lo que tenemos.
