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Temeraria

No hagas cosas buenas…

ENRIQUE IRAZOQUI

Se queda sin Policía a cargo. Desde hace semanas simplemente no tiene fuerza pública, y sin ella, el poder se desvanece. Ideal nunca tener que utilizarla, pero carecer de ella sencillamente es quedar en la indefensión.

Luego, un atentado en su propia casa, justo al llegar a ella. Individuos disparan ráfagas de grueso calibre a su hogar y de paso, algunos tiros son dirigidos a la barda del empresario Carlos Herrera Araluce, quien hace casi seis años él y su esposa sufrieron un atentado, que fue el parteaguas de la tranquilidad, la que por décadas se vivió en La Laguna, y que parece, nunca regresará.

Faltaba un golpe más directo, más contundente y a la vez ruin. Una serie de madererías y bodegas de materiales de construcción, casas de pintura propiedad de miembros de su familia, negocios construidos con muchos años de trabajo y esfuerzo son incendiadas casi simultáneamente, reduciendo a cenizas en cuestión de horas el sacrificio laboral y de capital de largo tiempo.

Con todos estos hechos, la alcaldesa de Gómez Palacio, Rocío Rebollo, sale a declarar a los medios que mantiene firme su convicción de honrar su palabra, y terminar hasta el último día de su mandato al frente del ayuntamiento gomezpalatino.

Ahora que se han acercado los tiempos electorales, se corrían versiones de que a la presidenta Rebollo se le había hecho la invitación de pedir licencia a su cargo para contender por una diputación local, ya que el Congreso de Durango habrá de renovarse este año, junto a las 39 alcaldías que existen en el estado.

Rebollo señala que continúa firme en su decisión de agotar los 3 años que dura su encargo constitucionalmente, que el año pasado ya había declinado una invitación para participar en el proceso electoral como candidata a una diputación federal.

Ya no es común ver políticos que realmente honren su palabra, como lo está haciendo Rocío, qué valeroso es eso en estos días. Pero las circunstancias también debería considerarlas.

La alcaldesa llega a gobernar Gómez Palacio luego de una trayectoria de trabajo, ya sea en el sector privado, como gerente de Canacintra, y puestos en las empresas familiares, así como la arena pública donde ha ocupado diversas posiciones como la Subsecretaría General de Gobierno en La Laguna de Durango y la de Secretaría de Desarrollo Social de Durango, entre otros cargos.

Rebollo Acosta ha sido una mujer que a base de esfuerzo se ha zanjado una reputación de respeto. Su administración, con personajes y hechos folclóricos, ha transcurrido más bien limpiando, subsanando - y quizá también tapando- el desastre financiero que encontró cuando asumió su cargo, precisamente de sus predecesores inmediatos, su hermano Ricardo, que soñó que podía ser gobernador de Durango luego de Ismael Hernández, y para ello echó mano de los recursos de la ciudad para lograr colocarse en la carrera que finalmente perdería ante el actual gobernador Jorge Herrera Caldera, y de Mario Calderón, que por omisión fue el instrumento para que sin mucha alharaca, la presidencia municipal se transmitiera entre hermanos.

Aun en las circunstancias en las que llegó al poder, con el transcurrir de los meses la presidenta Rebollo con trabajo y un cierto orden, fue consolidando su administración al punto tal que es respetada por propios y extraños, y navega con autoridad moral, aunque eso no resta que Gómez Palacio tenga muchas carencias y rezagos, pero eso es otra cosa.

Su actitud de permanecer como alcaldesa en condiciones normales, renunciando a ser un chapulín político, que brinca de un cargo a otro con el único afán de seguir pegado a la ubre del poder merecería respeto de suyo. Pero hoy la realidad es otra: su recio carácter es conocido públicamente, su firmeza es una virtud. Sin embargo, es evidente que está en grave peligro ¿qué otra señal quiere? Quizá si renunciase le haría un favor más grande a sus gobernados, porque tal vez ahora sí atraería la atención de la federación, que en estos momentos es la única instancia que si quisiese en verdad, podría enfrentar y contener las acciones violentas que estamos viviendo. Ella ya ni Policía tiene, y su valentía hoy es más bien un acto de temeridad, ojalá y reflexionara, no merece pasar lo que está viviendo en las circunstancias que la han dejado los gobiernos federal y estatal.

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