‘No soy un dictador’.Obama, aseguró que no es un dictador, al preguntarle una periodista por qué no “encerraba a los líderes del Congreso en una habitación”, hasta que lleguen a un acuerdo.
Con varios recortes severos al gasto público convertidos ya en ley, el presidente Barack Obama y los republicanos en el Congreso se negaron ayer sábado a admitir culpabilidad por no conseguir frenar lo que ambos partidos reconocieron es una forma insensata de eliminar 85,000 millones de dólares en gastos federales.
La aún frágil economía del país se prepara para el impacto gradual, pero potencialmente grave de esos recortes generalizados, que entraron en vigor el viernes cuando Obama firmó la ley. Horas antes, el presidente y los líderes del Congreso emergieron de una reunión en la Casa Blanca sin progresos hacia un acuerdo.
Incluso cuando prometieron renovar los esfuerzos para deshacer los recortes retroactivamente, ambos partidos dijeron que la culpa por cualquier daño que esos recortes causen es completamente del otro. No hubo indicios de que ninguna de las partes estuviese dispuesta a modificar las posiciones que durante semanas impidieron lograr progresos rumbo a un acuerdo: los republicanos negándose a aceptar más impuestos y los demócratas rechazando cualquier acuerdo que no incluya aumentos fiscales.
"Nada de esto es necesario", dijo Obama ayer sábado en su alocución semanal en la radio y la Internet. "Está sucediendo porque los republicanos en el Congreso optaron por este resultado en lugar de cerrar un solo resquicio fiscal desperdiciado para ayudar a reducir el déficit".
El presidente dijo que los recortes causarán "un efecto dominó en toda la economía", la cual va a empeorar mientras más tiempo permanezcan en vigor. A la larga podrían acabar con más de 750,000 empleos y afectar la vida de las familias de clase media.
En la Cámara baja, los republicanos se lavaron las manos del desbarajuste, bajo el argumento de que las propuestas de ley que ellos aprobaron para evitar los recortes les absuelven de responsabilidad. Esas propuestas fueron aprobadas con muy poco respaldo demócrata y nunca fueron debatidas en el Senado.
"Nosotros hemos hecho nuestro trabajo y demostrado que esas decisiones pueden ser tomadas en una forma responsable y cuidadosamente planeada", dijo la representante Cathy McMorris en la alocución republicana.
Obama mantiene la esperanza que, a medida que los estadounidenses comiencen a sentir los efectos de los recortes, la opinión pública obligue a los legisladores a regresar a la mesa de negociaciones.
En su alocución, Obama prometió además seguir trabajando por obtener reformas en la inmigración, la educación, las leyes que regulan las armas y el transporte.
MIL
millones de dólares se reducirá el gasto público en EU.