La selección de Suiza derrotó ayer a Brasil por 1-0 en un amistoso jugado en Basilea gracias a un gol en propia puerta. (EFE)
La racha invicta de 11 partidos de la selección de Brasil terminó el miércoles cuando Dani Alves desvió con la cabeza el balón hacia su propia portería para otorgar al seleccionado suizo una victoria por 1-0 en un partido amistoso.
El defensa brasileño no estaba presionado cuando desvió un centro cruzado del delantero suizo Haris Seferovic a los 48 minutos hacia el ángulo izquierdo de su portería, dejando al guardameta Jefferson sin posibilidad de impedir el autogol.
El astro brasileño Neymar tuvo un partido frustrante, en el que enfrentó algunas jugadas fuertes antes de recibir una tarjeta amarilla a los 23 minutos por una falta sobre el defensa Stephan Lichtsteiner.
"Entró a lastimar", dijo Lichtsteiner a la televisora suiza RTS. "La victoria fue merecida. Mostramos que, si tenemos espacio para jugar, somos un súper equipo. El mantener una hoja limpia ante un equipo como ese es muy especial".
Un centro cruzado de Neymar a los 38 minutos creó la mejor oportunidad de Brasil, pero el remate de cabeza de Paulinho pasó sobre el travesaño de la portería suiza.
Brasil había ganado sus seis enfrentamientos previos, incluidos cinco de la Copa Confederaciones en junio. El equipo anfitrión del próximo Mundial había sido derrotado por última vez en febrero, por 2-1, en una visita a Inglaterra.
El ritmo de juego en la primera media hora no parecía amistoso, y Neymar recibió la tarjeta por permitirse mostrar su irritación. El delantero del Barcelona fue jalado a los 11 minutos.