Declaraciones monosilábicas de medios sesgados, observaciones superfluas y banales; es lo que merece, según la óptica gringa, lo sucedido en Boston durante el maratón multinacional de este año. Y esto no es un proceso o estrategia desconocida o nueva en el mundo informativo estadounidense, los ejemplos son múltiples, el análisis es sin duda, más concreto. Existe una teoría de comunicación, instaurada por Potter en 1998, en la que describe cómo un efecto mediático a largo plazo afecte de forma cognoscitiva a las masas, es decir, la generalización, ¿esto qué significa?, que se puede provocar un efecto psicológico en las personas, logrando que acontecimientos que por sí mismos y analizados críticamente no resulten de mucha importancia, sean vistos de forma generalizada de una calidad determinada, en particular y por lo que históricamente ha sido, significa en este siglo: "cultura del miedo".
No pretendo decir que los hechos se provoquen deliberadamente, como Michael Moore sí sugería en su documental Fahrenheit 9/11, con respecto a los atentados perpetrados por el Al Qaeda en 2001, sólo hago referencia a teorías de la comunicación, por el sentido público que suele dársele a las notas internacionales en la perspectiva norteamericana, por ello cabe también mencionar a otro teórico de telecomunicaciones, a George Gerbner que en 2005 desarrolló "la teoría del cultivo", que establece el impacto televisivo en un pueblo o sector en particular para crear una atmósfera determinada, con cualquier finalidad le podría agregar, como infundir miedo, aversión, odio y así legitimar alguna postura belicosa por ejemplo o mitigar el repudio a las autoridades por malas decisiones o estrategias opresivas.
Desde el antiguo Egipto ha existido terrorismo; el provocado por los judíos esclavizados en el propio Egipto, los grupos bárbaros contra la civilización romana por mil años, siempre como una forma o medio de control social, amenaza política o respuesta a gobiernos autoritarios, pero nunca hasta el nuevo milenio había existido algo como "la cultura del terror", un término que abarca no sólo la estrategia informativa de plantear y externar los hechos noticiosos, sino en el aspecto sociológico y político, como medio de obtener determinados resultados o aprobación colectiva, sería necesario para esclarecer más este proceso reciente (principalmente en el gobierno estadounidense), ejemplificarlo de alguna forma.
Los medios de comunicación masiva en Septiembre de 2001, principalmente los audiovisuales, no sólo posterior sino durante los sucesos, exclamaban constantemente la procedencia extranjera de los ataques que estaban siendo perpetrados, esto dio lugar, dados los acontecimientos futuros a alterar, desde entonces y hasta la fecha la simple imagen de lo que es terrorismo y los alcances o consecuencias que trae para la población civil; en "general" (teoría de comunicación), se creó una imagen de lo que es Medio Oriente y con éste, la noción de seguridad quedó trastocada. El propio Noam Chomsky, un importante lingüista estadounidense, habló y expuso en su momento lo que Septiembre 11 significaría no sólo en ese momento histórico, sino a largo plazo, caso que vemos muy evidente ahora con lo sucedido en el maratón de Boston.
A su vez, en su momento, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres vaticinaba un proceso político internacional, en el cual se establecería el enemigo visible, en el que se reforzaría la división sectorial de las potencias internacionales, predicción que no se dio, ya que hemos visto mayor diversificación en el plano global, a nivel político y económico, lo que sí se implantó para quedarse es una cosmovisión polarizada en todo ser humano, es decir, una concepción de fracción entre Occidente y Medio Oriente, ya también Corea del Norte. Lo cual no ha costado trabajo alguno realmente, pues la potencia de occidente, es Estados Unidos y esa irónicamente, ha sido una cultura del miedo y el armamentismo a lo largo de su historia, el propio Michael Moore lo expone en otro de sus documentales titulado "Bowling for Columbine", que parte de la masacre en la escuela Columbine en 1999, para evidenciar la cultura de violencia que existe en su país, un ejemplo chusco de esto, fue una promoción por parte de una institución bancaria, al abrir una cuenta de inversión, de obsequiar un rifle de asalto.
El presidente Obama, ya lo calificó de ataque terrorista, al decir el 17 de abril: "Cada vez que se usan bombas contra civiles inocentes se trata de un acto de terrorismo", prometiendo justicia y represalias severas, algo parecido a Bush en 2001, la maquinaria de terror ha comenzado, histeria colectiva en aeropuertos como Nueva York y el propio Boston ya se está viendo.
Algo es seguro, la problemática económica que afronta el gobierno de Obama, así como las infantiles amenazas de guerra norcoreanas, nos hacen pensar que la cultura del miedo llevado de la mano por la teoría del cultivo, se están colocando sobre la mesa y la pieza sacrificable en esos trillados juegos de poder, siempre es el ciudadano promedio.
@alanbarrasa