México está de moda. El 30 de enero un artículo en el Financial Times calificaba a nuestro país de "tigre azteca" y señalaba que ha rebasado a Brasil para unirse a los tigres de Asia que han asombrado al mundo por su crecimiento. En noviembre de 2012 el semanario The Economist publicó un artículo, "México al alza", con una ilustración de portada con platillos voladores en forma de sombreros que volaban sobre un desierto con sahuaros, el cactus típico de Sonora.
Esta visión es exagerada, por supuesto. México creció alrededor de 4 por ciento en 2012, más que Brasil (1%) o que Corea del Sur (2.2%) en un año en que Estados Unidos avanzó 2.2 por ciento y los países de la zona del euro cayeron 0.5 por ciento. En los últimos tres años la expansión anual de nuestro país ha promediado 4.5 por ciento, pero sólo después de una caída dramática de 6.5 por ciento en 2009, el año del catarrito. De cualquier manera, México está creciendo menos que Chile, que en 2012 tuvo una expansión de 5.5 por ciento, y por supuesto que Tailandia (5.8%), Indonesia (6%) o China (7.8%).
Quizá México está de moda simplemente porque parece haber roto un prolongado período de estancamiento. En los 12 años de gobiernos panistas se registró un crecimiento promedio inferior al 1.9 por ciento, el cual se vuelve nulo después de considerar el crecimiento poblacional cercano también al 1.9 por ciento. En los últimos 30 años, con gobiernos priistas y panistas, la economía mexicana ha crecido solamente 0.5 por ciento al año per cápita. Estos tres últimos años de expansión vigorosa son así un respiro.
En la reunión del 14 al 17 de febrero de la Álamos Alliance varios especialistas apuntaron que las prudentes políticas financieras de los últimos 30 años han empezado a pagar dividendos. La inflación de México es ya muy baja y la deuda pública, 36 por ciento del Producto Interno Bruto, es una de las menores del mundo. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha permitido que México se convierta en una potencia exportadora de manufacturas.
La economía mexicana, sin embargo, sigue teniendo problemas serios. Las limitaciones a la inversión en energía, el pésimo sistema fiscal y una economía informal que alcanza al 60 por ciento de las personas con actividad económica son tres de los principales obstáculos para lograr una mayor expansión.
No es esta la primera vez que México está de moda. Lo estuvo en los años setenta y principios de los ochenta, cuando el endeudamiento público y los recursos petroleros financiaron un boom que concluyó en la década perdida.
Es muy probable, de hecho, que los administradores de fondos de inversión que hoy están enamorados de México, y que antes lo estuvieron de Brasil o de China, pronto se desencanten. Las reglas no han cambiado lo suficiente como para pensar que el estancamiento de tres décadas ha quedado atrás y que la economía mexicana pueda realmente sostener en el largo plazo un crecimiento como el actual o mayor.
En el campo de la metáfora, no podemos olvidar que el tigre es un animal que no existe en nuestro país. Quizá por ello nunca podremos ser un tigre azteca. Pero si hacemos cambios que aumenten la productividad, sí podríamos lograr un crecimiento de cuando menos 5 por ciento al año. Éste nos permitiría duplicar el ingreso per cápita en 25 años. Podríamos ser, de hecho, un jaguar azteca o maya, como lo ha sugerido E.D. Longhurst Pierce, director del Foro de Instituciones Oficiales Monetarias y Financieras. Y ¿por qué no? El jaguar es un animal todavía más ágil que el tigre.
ÁLAMOS ALLIANCE
En el encantador pueblo colonial de Álamos se reúne todos los años un grupo de especialistas, principalmente economistas, de distintos lugares del mundo que examinan temas de fondo. La Álamos Alliance, que preside Roberto Salinas León, es un secreto tan bien guardado como la belleza arquitectónica de esta población del sur de Sonora.
Twitter: @sergiosarmient4
