EVITE EL DESPERDICIO DE TOMATES
Pele y parta los tomates en cuartos, póngalos en bolsas de plástico y ciérrelas herméticamente. Luego, guárdelas en el congelador. Este procedimiento resulta muy conveniente cuando se dispone de una cantidad regular de tomates y no significa un gran trabajo. Congelándolos sin quitarles la piel, sin cocerlos ni procesarlos en ninguna forma, se conservan por meses y pueden emplearse al cocinar en cualquier forma, mas no para ensaladas, porque al descongelarse ya no estarán tan firmes como se requieren para ellas. Tampoco estarán apropiados para rebanarse y adornar platillos.
ADIÓS A LAS BORLAS
¿Ha descubierto que su suéter favorito está lleno de borlas? Bueno, pues no se preocupe. Póngalo en una mesa o tabla plana y proceda a rasurarlo ligeramente, con mucho cuidado. Lucirá casi nuevo y también podrá realizar esta práctica con otras prendas. Sólo asegúrese de que no lastime la tela al hacerlo.
TOALLAS DE COCINA
Las toallas de felpa que usamos en la cocina para secarnos las manos se resbalan continuamente de los toalleros destinados a ellas, debido a su pequeño tamaño. Evítese molestias comprando esas toallas cuadradas que muchas personas usan para frotar su cuerpo al bañarse y una dos de sus esquinas en su máquina de coser. Su tamaño será suficiente para secar las manos y ya no se resbalarán de los toalleros. Es más, hasta podrá suprimir éstos y colgarlas de las jaladeras de los cajones de sus gabinetes.
PARA QUE PERDURE MÁS EL AROMA
La piel grasosa retiene el olor del perfume por mayor tiempo que la epidermis reseca, por lo tanto, antes de aplicarse la fragancia, frote su piel con una cantidad insignificante de vaselina simple (sin aroma), o bien con loción para las manos, también sin olor. De su persona se desprenderá delicioso aroma durante muchas horas con este procedimiento. Y no olvide también para efectos mejores y más duraderos, aplicar las fragancias en el interior de sus codos y en sus corvas.