DON Jaime Pérez Avellá, uno de los geniales directivos de la Liga Mexicana en su tiempo y de toda la historia, falleció el domingo pasado a la edad de 82 años, dejando grandes recuerdos con los equipos que tuvo por dos décadas y que le ganaron tres campeonatos.
Nacido en la ciudad de Orizaba, Veracruz, don Jaime compró a los Pericos de Puebla en 1975 y siempre tuvo a su lado a sus hijos Vicente, actualmente presidente de los Guerreros de Oaxaca, y René. Lo primero que hizo al llegar a Puebla fue cambiar el nombre al equipo de Pericos a Ángeles para tener así su sello propio y en 1979 tuvo su primer campeonato con Jorge Fitch de mánager y venciendo a Ciudad Juárez en una emocionante final en que Puebla vino de atrás.
Para 1981, después de la huelga de 1980, se cambió a Campeche y con los Piratas de 1983 conquistó el campeonato con Paquín Estrada de mánager, venciendo en la final a un Ciudad Juárez otra vez que ahora tuvo en Teodoro Higuera como brazo estelar.
Se cambió a Toluca con el equipo siendo llamado Truchas, llegando a los play offs y para 1986 ya estaba de regreso en su querida Puebla en donde armó el equipo más poderoso de su época ya que al ganar la corona impuso la marca de bateo colectivo de .347, misma que es la más alta que se ha logrado en la historia de las Ligas Menores.
Unos años después se fue retirando paulatinamente del Beisbol, aunque estuvo asesorando a su hijo Vicente que siguió en la Liga Mexicana con el Águila de Veracruz y Petroleros de Poza Rica.
Cuando en 1985 su muy buen equipo no calificó a los play offs cambió de nombre de Ángeles a Ángeles Negros, de luto por lo que había sucedido un año antes, y entre sus grandes contrataciones de ese 1986 estuvo Willie Aikens que ganó el título de bateo con un promedio de .454, el más alto de la historia de una liga con torneo largo. Rudy Sandoval fue el mánager.
