NO hay duda que el jugador de la Selección Mexicana que mejor estuvo lo fue el jardinero central Eduardo Arredondo, quien ha sido parte de la Liga Mexicana por varios años y con muy buenas temporadas, ya que en el clásico estuvo formidable en todos los aspectos del juego para resultar el número uno de los bateadores del equipo además de cubrir mucho terreno y tiene más que aceptable velocidad. Sin embargo y a pesar de que le bateó con mucha facilidad a RA Dickey, ganador del trofeo Cy Young de la Liga Nacional hace un año, no hay indicaciones de que alguna organización de Ligas Mayores se haya interesado en él ahora que está suspendido por la pelota azteca al no firmar su contrato en la fecha indicada a fines de febrero.
La información es que Arredondo le pidió a Olmecas de Tabasco un aumento exagerado y la nueva directiva del club de Villahermosa no tuvo tiempo o no actuó con rapidez para tratar de cambiarlo a otro equipo. O prestarlo por un año como se acostumbra en nuestros circuitos.
Hablando con el famoso buscador Mike Brito me comentaba que el principal problema para Arredondo respecto a jugar en Estados Unidos es que no tiene un brazo potente y no corre con la velocidad de los que son verdaderos galgos en la gran carpa: "Jugó gran pelota en el Mundial y le bateó a todos los pitchers que tuvo enfrente pero el problema de la falta de brazo debe ser la causa para que no se hayan interesado en él".
Naturalmente ha habido jardineros centrales con poco brazo y triunfales en Grandes Ligas, pero son los que tienen las otras cuatro herramientas en grado superlativo. Recuerdo a Mickey Rivers de los Yanquis que tenía un brazo de corneta pero era consistente bateando, daba sus jonrones y corría con la velocidad de rayo. El actual jardinero central de Boston, Elsbury, igualmente tiene brazo de corneta, pero es jonronero y corre mucho.
Daniel Fernández, por tantos años estrella de la Liga Mexicana con los Diablos Rojos, tenía todas las herramientas menos la del brazo, mismo que nunca fue potente. Más que la estatura en el caso de Daniel, fue la falta de un brazo cañón la que no le permitió ir a probar al Norte.
Recuerdo cómo insistió Roberto Mansur para que los Piratas de Pittsburgh lo tuvieran aunque fuera por unos días al final de la temporada en los años que Daniel estaba en su mejor momento.
Con todo y la falta de brazo fuerte representa en lo particular una incógnita el que nadie se haya interesado en el jugador que más que "mosco" en el Clásico Mundial fue un león, el rey de la selva del Mundial.
