DOS jugadores cubanos que van a estar peleando en la votación de Novato del Año 2013 en la Liga Nacional tuvieron grandes jornadas el miércoles, con el pitcher José Fernández de lo Marlines de Miami lanzando su último juego de la temporada y poniendo su récord final en 12-6 con un eléctrico 2.18 en efectividad en juego que su equipo le ganó al líder Bravos de Atlanta, Fernández lanzó seis entradas en una carrera con cinco ponches, tres bases y una carrera aceptada que fue jonrón. Además le puso una cereza al pastel de su despedida al conectar su primer cuadrangular del año. Los Marlines lo van a descansar por lo que queda de calendario para no forzar este brazo que por ahora luce de oro. Muchos creen que puede ser el Novato del Año en la Liga Nacional.
Sin embargo a muchas millas de Miami, en Los Ángeles, el sensacional Yasiel Puig enloqueció a los más de 40,000 fanáticos reunidos en el estadio del Dodgers al batear un panorámico batazo de cuatro esquinas con un bombazo sobre a barda del jardín izquierdo. El batazo llevaba tanta altura que parecía que iba a llegar hasta La Habana y caer en el cuarto de Fidel Castro cuando se preparaba para dormir.
Puig bateó otro hit y subió su porcentaje a .340 con 16 jonrones y puso de pie a los aficionados al hacer una fantástica atrapada en el jardín derecho al tirarse una zambullida para quedarse con una línea enemiga. Diamantes ganó el juego 4-1 para romper una racha de cinco derrotas seguidas por lo que la única carrera fue el cuadrangular de Puig.
Es primera vez que dos cubanos van a estar peleando por el título de Novato del Año, nombramiento que lo ganó Fernando Valenzuela en 1981 además de llevarse el trofeo Cy Young. Al ser llamado hasta el mes de junio es imposible que Puig vaya a tener las apariciones oficiales para poder pelear la corona de bateo mientras Fernández podría ser el campeón de los lanzadores.
Fue una tontería de Dodgers bajarlo a las Menores después que bateó para .517 en la Liga del Cactus para demostrar que podría ser la sensación de la campaña. Los Diablos Rojos tuvieron exceso de jardineros y el manager Marco Antonio Vázquez lo solucionó haciendo que cada cuarto día, uno de ellos descansara. Así todos eran titulares y tenían un juego de descanso para que no llegaran cansados a la recta final. A nadie le va a enojar que le den dos días de descanso a la semana en lugar de uno.
