En el juego del pasado domingo en Boston nuevamente Miguel Cabrera y David Ortiz demostraron que son los bateadores más impresionantes que hay en las Ligas Mayores al conectar jonrones en una dramática batalla, con el de Ortiz siendo uno con la casa llena para empatar y poner al Medias Rojas rumbo a la victoria en un juego que debe ser decisivo en esta serie por el título de la Liga Americana.
Uno se pregunta cuál de los dos bateadores es el más grande de los dos y en lo particular considero a Cabrera como el mejor y a Ortiz como el más temible. Pienso como aficionado que impone más la presencia de Ortiz en el home que la de Cabrera. Por cierto este Miguel Cabrera fue el chivo del tercer juego ya en Detroit cuando el martes se ponchó con el empate en tercera y otro corredor en primera perdiendo los Tigres 1-0 ante Boston con un solo out. El pitcher japonés no le tuvo ningún respeto al gigante venezolano y lo ponchó en sólo tres lanzamientos.
La ventaja de Cabrera para ser el mejor de los dos, quien ha ganado ya tres títulos seguidos de bateo en la Liga Americana es que batea a la derecha y Ortiz a la zurda. Los bateadores derechos ven a tantos pitchers derechos que no les hace un daño especial ese tipo de lanzador pero los zurdos siempre bajan cuando se enfrentan a un pitcher izquierdo. Hay excepciones como Adrián González que le batea bien a los zurdos.
Este año tuvo Ortiz el gran retorno al batear .309 con 30 jonrones y 103 empujadas después que en el 2012 perdió muchos juegos por el talón de Aquiles lastimado. En su carrera tiene .287 con 431 jonrones, llevando 11 años con Boston después de que comenzara con Mellizos y su máximo en un año lo son 54 batazos de vuelta entera.
Hace unos años, cuando Ortiz y Boston tenían serias dificultades para firmarlo por ser agente libre, Yanquis tuvo la oportunidad de adquirirlo pero se amacharon en que ya tenían a Jorge Posada para que fuera el designado el último año de su carrera. Si lo hubieran firmado por varios años habrían desbaratado al Boston.
Cabrera jugó cinco años con Florida antes de ser enviado al Tigres de Detroit donde se convirtió en un bateador fuera de serie que tiene un total de .321 en su carrera con 365 jonrones, llegando a tres títulos de bateo seguidos en un gran año de .348 con 44 jonrones y 13 empujadas, aunque esta vez sin la triple corona ya que Chris Davis del Orioles fue líder en jonrones y empujadas, además Cabrera se ha convertido en un buen tercera base defensivo, algo que lucía imposible. Pero el TNT es lo principal.
