ASÍ como el presidente Obama le perdonó la vida a no sólo uno, sino a dos pavos en la víspera del tradicional día de Acción de Gracias que desgraciadamente no tenemos en México, los tricampeones Yaquis de Ciudad Obregón mantuvieron en el puesto al manager Eddie Díaz a pesar de terminar último en la primera vuelta invernal y ya en las dos primeras series de la segunda aparecieron en primer lugar ayer. Se hubiera visto muy mal que los Yaquis quitaran a un timonel que les dio el récord de tres títulos seguidos pero en el Pacífico las cabezas ruedan con más prisa que en las revoluciones de Francia, de Castro o la misma mexicana.
La mayoría le echó la culpa del fracaso en la primera mitad a Karim García, quien llegó esta temporada a Yaquis como la gran esperanza y bateó sólo .207 con un par de jonrones, habiendo estado ausente de los últimos juegos del equipo. Sin embargo el beisbol es juego de conjunto y cuando todo sale mal son muchos los que tienen que aceptar la culpa.
Karim tuvo un gran final de verano ayudando a Tigres a ganar el campeonato por lo que no se puede decir que ya esté llegando al final del camino. Es reconocido como un pelotero temperamental que da mucho cuando está a gusto y poco cuando está molesto por algo. Sin embargo Eddie Díaz es considerado el mejor manager para los jugadores por su manera de apapacharlos y podría ser más bien el entorno de la ciudad donde nació en que desde que era una joven promesa de Ligas Mayores ha sido abucheado lo que lo enoja.
Los Yaquis hicieron una gran adquisición en el zurdo Óscar Rivera que el miércoles lanzó las primeras cuatro entradas contra Culiacán en una carrera y siete ponches. Rivera es un brazo de oro cuando está físicamente bien y debe ayudar mucho.
En ese mismo juego Rodrigo López explotó en la segunda entrada al recibir hasta siete hits en cinco carreras y ya tiene récord de 1-5 con 7.58. Eso sí que es más preocupante que lo de Karim, ya que Rodrigo ha sido pitcher estelar en el invierno y un lanzador de Ligas Mayores.