La rapidez de los toros madrileños ha provocado numerosas caídas y momentos de peligro al superar los animales a los corredores debido a su gran velocidad, si bien el día de ayer tampoco ha habido heridos por asta. (Fotografías de EFE)
El cuarto encierro de las fiestas de San Fermín 2013 finalizó sin corneados y heridos de gravedad, en un recorrido rápido que se completó en dos minutos y catorce segundos en la ciudad de Pamplona.
La manada, que hizo el recorrido sin separarse, fue bien guiada por los cabestros (toros mansos que encabezan el grupo) con un gran ritmo durante los 850 metros del encierro.
Debido a la rapidez del mismo, se produjeron numerosas caídas, contusiones y algunos mozos fueron arrollados por la compacta manada.
Conforme a esto, muchos corredores lucharon por esquivar a los animales y en este trance recibieron abundantes golpes al estrellarse contra los muros y el vallado.
También se generó tensión cuando uno de los toros se adelantó a sus compañeros a medio recorrido y comenzó a correr a gran velocidad con momentos de peligro.