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Torreón: ciudad de día, pueblo fantasma de noche

PERLA IVETH ALBA ALATORRE

Estamos ya a 15 días de haber iniciado un año nuevo más y espero que este 2013 esté lleno de sorpresas y cambios positivos para todos, que los propósitos se cumplan, que las metas sean alcanzadas con gran satisfacción y sobre todo que nuestro ser se llene de luz y paz interna.

Sin duda alguna cada minuto, hora, día, semana, mes y año va siendo parte de la historia de cada individuo, sucesos, coincidencias, casualidades y toma de decisiones moldean la forma de ser de las personas, iniciando desde su pensamiento hasta su comportamiento y modo de vida.

Está claro que, tanto la ciudad, como nuestro país no está pasando por los mejores momentos que nosotros desearíamos, el 2012, al igual que otros años anteriores quedó plasmado en nuestras mentes por la criminalidad, negligencia, injusticia y poca conciencia de las personas para el uso de las armas, queda claro que los gobiernos no están tomando las mejores decisiones para la resolución de problemas, y menos para la seguridad pública.

Por consecuencia de esto la forma de vivir en nuestra región ha comenzado a retomar nuevos cambios para los ciudadanos, pues ahora estamos más al pendiente de lo que pasa en la ciudad en cuestión de seguridad, esto para limitarnos y evitar zonas conflictivas o lugares que peligran de algún acto de violencia, la libertad de transitar libremente ahora está obsoleta.

Recordemos esas noches tan incómodas, las cuales llegan a perturbar a más de la mitad de la ciudadanía lagunera, esos estruendosos ruidos que suelen ponernos en común a todos con el miedo, pues a algunas personas nos despertaban del sueño para escuchar y volver a soñar con los ojos abiertos la realidad, una realidad que sólo te pone a pensar, imaginar, y a decir "pinche Torreón feo".

Las detonaciones de arma de fuego que se desatan a lo largo de la ciudad, va dejando a su paso casas, autos dañados, personas asustadas, bares y restaurantes cerrados, vialidades aceleradas, torretas encendidas, fiestas y convivencias detenidas, un caos mental a causa de la incertidumbre y una moral colectiva sumamente afectada.

Esto no surge de la noche a la mañana, pues vivimos con ello desde hace mas de 6 años aproximadamente. Es una lastima que estos actos nos lleven a tomar decisiones determinantes en nuestras vidas, el pensar querer alejarnos del lugar y de las personas que nos vieron crecer es lamentable, y aún más triste es ver como muere al paso del tiempo ese lugar y esa gente. El gobierno y el municipio decide como tenernos viviendo, toma el rumbo de la ciudad con unas cuantas estrategias de salvación fallidas, y a nosotros la clase media no nos queda de otra más que adaptarnos a los cambios, bien por los que tienen todos los recursos de trasladarse a otra ciudad más segura y seguir un ritmo de vida diferente al de aquí.

Estos primeros fines de semana del año no han sido los mejores, pues a cierta hora de la noche Torreón suele convertirse en un pueblo fantasma, mientras que de día suele ser de vez en cuando la ciudad que deseamos.

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Escrito en: jovenes columnistas

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