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Torreón, detrás de la 'marca'

Periférico

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

El reporte "mejores ciudades americanas del futuro", publicado por el periódico británico Financial Times en junio pasado, ubica a Torreón -con su área conurbada- como la séptima urbe "grande" de América con mayor efectividad de costos. Sin embargo, la llamada Perla de La Laguna no figura en la lista de ciudades con mayor potencial económico, recurso humano, infraestructura y facilidad para los negocios. Es decir, según el prestigiado diario, la única gran ventaja de Torreón en materia de competitividad es que es barato.

Luego de ser durante casi todo el siglo XX la ciudad más importante de Coahuila y una de las más prósperas del norte del país, Torreón hoy observa tímido cómo Saltillo, Chihuahua y Aguascalientes se colocan en los primeros lugares de prácticamente todas las listas de competitividad económica y calidad de vida. Algo se ha dejado de hacer en esta región que se está haciendo allá.

En la última década, la "capital" de la Comarca Lagunera ha sufrido un estancamiento económico que le ha impedido diversificar sus pilares productivos. La economía de la región se basa, desde hace lustros, en cuatro ejes: la agroindustria, la industria minero-metalúrgica, la metalmecánica y el comercio, los cuales encuentran limitaciones naturales y económicas para su expansión. De aquel desarrollo maquilador -que el gobierno del expresidente Ernesto Zedillo presumía en su propaganda de televisión- muy poco queda, como poco queda también de sus supuestos beneficios. Después de este último repunte económico de cambio de centuria, sólo han venido promesas, planes y viajes cuyos resultados aún no son palpables.

Los datos regionales hablan por sí solos. De acuerdo al Resumen Económico que año con año publica El Siglo de Torreón, mientras que el crecimiento del Producto Interno Bruto del país fue en 2012 de 3.8 por ciento, el de Coahuila de 4 y el de Durango de 3.3, el PIB regional creció apenas 2.7 por ciento. La recuperación económica no ha llegado del todo a la Comarca Lagunera luego de la crisis de 2008-09. Y esto se refleja en los niveles de inversión y creación de nuevos empleos. Desde hace años, esta región camina más lento que otras en materia económica.

Esta situación ha llevado al sector privado y a los gobiernos estatales y municipales a plantear escenarios para sacar a La Laguna del bache en el que está. Así hemos visto pasar propuestas para detonar el sector cuaternario, principalmente tecnologías de la información; desarrollar parques de generación de energías renovables y, más recientemente, capitalizar el crecimiento de la industria automotriz de la región sureste de Coahuila a través de una red de proveeduría. Sin embargo, hasta ahora ninguna de estas iniciativas ha prosperado y se han quedado al nivel de meras ideas.

Debajo de esta ausencia de estrategia para generar un crecimiento económico regional sostenido y sostenible se observa una falta de visión sobre qué es lo que se quiere para La Laguna. Ni el gobierno, ni la iniciativa privada parecen tener claro aún qué camino debe recorrer la comarca para recuperar la prosperidad. Pero lo que sí se percibe es un descontento en sectores cada vez más amplios de la población lagunera por el trato privilegiado que reciben las capitales de Coahuila y Durango. Dicho descontento ha llevado a varios grupos a organizarse para pugnar por la creación del Estado de La Laguna y, a otros, a tejer desde la sociedad redes que permitan hacer resurgir a la comarca.

En este contexto, el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, se reunió la semana pasada con empresarios de la región para "consolidar lazos de colaboración" y plantear alternativas para mejorar la situación económica de Torreón y su zona conurbada. Más allá de las buenas intenciones -que suelen quedarse sólo en eso-, destaca la creación de una "alianza" entre sector público y privado para mejorar la competitividad de la región y ampliar oportunidades para atraer empresas. La propuesta es elaborar la "marca Torreón", con una imagen específica que le ayude a la ciudad a ser identificada como destino viable de inversión, además de un observatorio de competitividad.

Esta propuesta no es nueva en el mundo. El concepto de marca ciudad se ha aplicado a grandes metrópolis como Londres, "capital de las finanzas"; Madrid, "capital de la sostenibilidad", o Bruselas, "capital de los negocios". Estas definiciones de atributos ayudan a posicionar a las urbes en la oferta mundial y encaminar esfuerzos hacia un mismo fin. La primera gran pregunta a responder en el caso de Torreón es: ¿cuál sería el atributo que definirá a la ciudad y que, por lo tanto, hará converger a los distintos sectores de la sociedad? Volviendo a la publicación de Financial Times, la principal ventaja de la urbe del Nazas hoy es que es barata. ¿Estamos dispuestos a conformarnos con eso?

La idea de marca ciudad no puede soslayarse, puesto que se ha aplicado y ha funcionado en otras partes del orbe. Sin embargo, en Torreón y La Laguna aún estamos atorados en la cobertura de satisfactores mínimos: servicios básicos, movilidad, seguridad y hospedaje industrial. Antes de crear una marca hay que dotar al "producto" de atributos. ¿Qué podemos ofrecer? Sin duda, mucho. No obstante, ¿qué se ha hecho hasta ahora para diversificar las ventajas de la región? Y, sobre todo, ¿qué han hecho los gobiernos de los distintos niveles para fomentar la participación de la ciudadanía en la construcción de la visión del futuro de la región? No se puede mantener la visión de la élite política y económica como la única posible.

Afortunadamente, en los últimos años han surgido asociaciones de diversa índole con el afán de buscar que la prosperidad regrese a la región, es decir, dar sustento a una ciudad y su entorno que pueda resultar atractiva para las inversiones a la vez que se convierta en un lugar más habitable. Ruedas del Desierto, Laguna Yo Te Quiero, Participación Ciudadana 29, Información y Participación Ciudadana, son algunos ejemplos. Un gran acierto de los gobiernos sería ver a estos grupos de la sociedad civil como aliados y no como enemigos u obstáculos para sus intereses. Gobernar no sólo significa mandar, sino sobre todo escuchar, escuchar tanto la propuesta como la crítica y sobre la base de ambas, construir una mejor ciudad, disfrutable para sus habitantes y atractiva para los foráneos, no sólo por sus bajos costos, sino por su buena calidad de vida.

Dialoguemos en Twitter: @Artgonzaga

O por correo-e: argonzalez@elsiglodetorreon.com.mx

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