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Traidores a la patria

OPINIÓN

Traidores a la patria

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Sergio Sarmiento

Veía yo una caricatura en un periódico en la cual se mostraba a un Lázaro Cárdenas muy molesto por la supuesta “privatización de Pemex”. La verdad es que a lo mucho la reforma de la industria petrolera devolvería la situación a la que promovió el general Cárdenas.

Es verdad que don Lázaro nacionalizó las empresas petroleras en 1938, pero nunca pretendió eliminar la inversión privada de la industria. Su decisión se justificó sobre la base de que las empresas petroleras extranjeras se habían negado a aceptar un laudo de la Suprema Corte de Justicia en una disputa con los sindicatos.

El general Cárdenas entendió desde un principio que necesitaba mantener la inversión privada en la industria con el fin de evitar que se desplomara la producción petrolera, crucial para la economía del país desde entonces. De hecho, en una reunión con los representantes de las empresas petroleras llegó a un acuerdo para establecer los llamados contratos de riesgo.

¿Qué son los contratos de riesgo? Acuerdos con empresas privadas en que el gobierno comparte los riesgos de una determinada operación petrolera. Lázaro Cárdenas les propuso en 1939 este esquema a los representantes de las empresas petroleras que habían sido expropiadas el 18 de marzo del año anterior. Ellos aceptaron, con lo que se evitó un conflicto en un momento en que la Segunda Guerra Mundial ya había empezado en Europa y los gobiernos del Reino Unido y los Estados Unidos presionaban a las petroleras para lograr un acuerdo con México que permitiera que se restableciera la producción para el esfuerzo bélico.

En la Ley Reglamentaria del artículo 27 de la Constitución promulgada por Cárdenas en 1939 como consecuencia de su acuerdo con las petroleras extranjeras se establecía: Podrán celebrarse contratos con los particulares... ya sea mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que se obtengan. De hecho, los contratos de riesgo que impulsó Lázaro Cárdenas fueron adoptados en los años siguientes por muchos países para regir sus industrias petroleras.

La prohibición de estos contratos de riesgo no vino de Cárdenas sino de Adolfo Ruiz Cortines, quien en 1958 estaba buscando un mayor control del gobierno sobre la economía. Decir que una apertura de la industria petrolera a la inversión privada a través de contratos de riesgo es un insulto al general Cárdenas sólo revela ignorancia histórica. En todo caso el insulto sería a Ruiz Cortines y a los representantes del PRI de las décadas de 1950 y 1960 que buscaban crear un Estado de partido único.

La ignorancia, sin embargo, es muy extendida. Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes han dicho que quienquiera que defienda la inversión privada en la industria petrolera es un traidor a la patria. Los contratos de riesgo estarían por supuesto incluidos en estas propuestas. No sé si López Obrador no sepa cuál fue la posición de Lázaro Cárdenas, a quien él asegura respetar, o si esté tan empeñado en su dogma que quiera llamar traidor al general Cárdenas por haber inventado los contratos de riesgo que promovían la participación privada en la industria petrolera nacional.

Twitter: @SergioSarmient4

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