Relajado, días después de una exitosa reunión del Consejo de Administración del organismo, el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez, le presumía a los principales funcionarios de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores su informe, cuando sonaron los timbres de alerta en el piso de remates.
Se había caído el sistema, decretándose un primer "receso administrativo" que se prolongaría a lo largo de 40 minutos, luego del cual, a las 13 horas, se decretaría otro, lo que obligó a declarar cerrada la sesión.
El Índice de Precios y Cotizaciones cerró con una baja de 2%.
Naturalmente, los supervisores oficiales fueron testigos del ajetreo para intentar reactivar el esquema tecnológico conocido como Monet, con la novedad de que el director general de Bursatec, la instancia operativa, estaba en Europa.
"Son casos que ocurren en cualquier Bolsa del planeta, y seguirán pasando" diría días después Téllez.
La paradoja del caso es que el principal motivo de orgullo del presidente del organismo bursátil ante sus invitados, con el que había presumido dos días antes ante el Consejo de Administración, era que el margen operativo de éste había llegado al 53%.
La cifra es colosal si se considera que la mejor emisora del organismo cosecha un porcentaje de entre 8% y 9%, por más que algunas cadenas comerciales llegan al 12.
La pregunta era obvia, si la Bolsa gana tanto dinero, por qué no está invirtiendo en tecnología que garantice la fluidez de las operaciones.
Empresa rica, tecnología pobre.
El caso es que días después estallaría otro escándalo al quedar desmantelada una de las filiales de la Bolsa: SIF ICAP, creada en sociedad con una firma extranjera, reputada como la correduría más grande del planeta, al renunciar en masa 12 de los 14 operadores de piso para irse a la competencia, es decir el bróker GFI de reciente creación. La razón, lo adivinó usted, fue una oferta salarial y de comisiones muy superior a la que tenían… por más que la recomendación había llegado de parte del exdirector de la filial de la Bolsa, Rodolfo Sánchez-Arriola.
El caso es que 27 horas después del éxodo la Bolsa haría público el asunto como hecho relevante… por más que minimizado.
De acuerdo al organismo la salida había sido sólo del 25% del personal… soslayando que se trataba del motor de la firma, dado que los empleados que salieron son quienes ejecutaban las operaciones. La empresa se quedó sólo con dos. Días antes se había anticipado un reajuste en el listado de emisoras que integran el Índice de Precios y Cotizaciones, anticipándose la salida de dos de ellas, El Puerto de Liverpool y Televisión Azteca. El reacomodo plantea un escenario de cambio radical de cara a los participantes en el mercado, dado que las sociedades de inversión de las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro y los fondos de inversión extranjeros integran sus portafolios de apuestas justo con base en las acciones de las empresas que en conjunto representan el vaivén de las operaciones cotidianas.
Entrar o salir del Índice representa para una emisora la posibilidad de subir o bajar su cotización.
De hecho, las firmas integradas a éste tienen mayor capacidad de crédito, en la medida que crece su valor de mercado.
Dada la trascendencia de la medida, una de las emisoras afectadas por ésta le está pidiendo, vía judicial, al Comité de Metodología transparentar el esquema en que se fundamenta para decidir quién entra y quién sale.
De hecho, la petición apunta a hacer públicas las actas, dada la condición de organismo público de la Bolsa.
El caso es que en el intermedio trascendió que además de los integrantes oficiales, Pedro Zorrilla, Catalina Clay y Gerardo Gamboa, en el Comité participan empleados de la Bolsa como Timothy Hei, Jorge Alegría y José María Allende.
En paralelo, interviene, según ello en calidad de voz fuerte o factótum, el que fuera jefe de la Oficina de la Presidencia de la República durante el sexenio de Carlos Salinas De Gortari, José María Córdova Montoya.
Su posición es la de "invitado".
Turbulencias en la Bolsa.
BALANCE GENERAL
Colocada en escena la nueva ley contra el lavado de dinero, los comercios gigantes, los hoteles y en general los establecimientos cercanos a los centros turísticos se han quedado en el limbo.
Hete aquí que bajo las nuevas disposiciones ninguno de ellos puede realizar depósitos superiores a los 14 mil dólares, con la novedad que, desde otro ángulo, la ley los obliga a recibir billetes verdes hasta 250 en cada operación.
Si incumplen con ésta son sancionados.
Naturalmente, la suma que reciben los bancos es muy inferior a la acumulación.
Se están dolarizando los propietarios.
El cabildeo para desfacer el entuerto, por más que se trata de un problema que afecta a todo el país, lo encabeza la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México.
MRO DE LA DISCORDIA
Arreciadas las presiones de las líneas aéreas nacionales para que se declare en quiebra a Mexicana de Aviación, la eventualidad ha colocado como manzana de la discordia a la empresa de mantenimiento de la firma, conocida por sus siglas en inglés como MRO.
Esta es la única que se mantiene en activo después de tres años de cancelados los vuelos de la aerolínea.
Sus mil 200 trabajadores han logrado obtener certificados internacionales que colocan a la firma como confiable para cualquier empresa aérea del planeta.
De hecho, los contratos han seguido fluyendo.
El caso es que la joya de la corona la pelean desde la llamada Tenedora K, quien adquirió las acciones de la empresa en el precio simbólico de mil pesos, hasta los principales acreedores, es decir el Banco Nacional de Comercio Exterior y Banorte.
En el entretanto, el empresario minero Iván Barona se sigue quejando de veto de la autoridad de su intención de rescatar a Mexicana pese a haber exhibido la liquidez suficiente vía Bonos del Tesoro de los Estados Unidos.
OTRA VEZ URBI
Mientras la desarrolladora de vivienda ARA recibe un empujón por parte de las calificadoras de deuda al colocar en escena una recomendación de compra de sus acciones, Urbi Desarrolladora Urbana anunció que no pagará los intereses de bonos de deuda que vencen en 2020.
El monto omitido es de 14.28 millones de dólares.
La empresa está negociando una nueva tregua con sus acreedores.
HEINEKEN PROMETE
Aunque soslaya la posibilidad para productos del exterior como la cerveza Miller, la firma holandesa Heineken, propietaria de Cuauhtémoc y Moctezuma, hizo pública su adhesión a la resolución de la Comisión Federal de Competencia que le obliga a abrir el mercado a las cervezas artesanales.
Textualmente, la empresa ofrece "propiciar condiciones para que las pequeñas cerveceras que producen en México, suministren sus productos en restaurantes, bares y cantinas que actualmente tienen una relación de preferencia con Cuauhtémoc y Moctezuma".
