Fluminense ha pasado de la gloria del título a luchar por su permanencia en la Primera División de Brasil. (AP)
Por esta época, el año pasado, Fluminense se preparaba para festejar su segundo campeonato brasileño en tres años. Hoy lucha por evitar el descenso y por contener la furia de sus hinchas, que causaron graves destrozos en su sede tras una nueva derrota el domingo.
El "Flu" cayó 1-0 ante su rival de siempre, Flamengo y lleva ocho partidos sin ganar. Está decimosexto entre 20 equipos en un campeonato en el que los cuatro últimos descienden.
Algunos hinchas están pidiendo la cabeza del técnico Vanderlei Luxemburgo, ex timonel de Brasil y de Real Madrid.
Fluminense, de hecho, está empatado en puntos con el decimoséptimo, Vasco da Gama, al que supera sólo en la diferencia de goles, y lucha por no ser el primer equipo en la historia del futbol brasileño que desciende un año después de ser campeón.
La derrota ante Flamengo se produjo con un gol en contra casi sobre el pitazo final en el Estadio Maracaná.
"Es una lástima porque jugamos bien y tuvimos varias oportunidades de anotar", declaró el delantero Rafael Sobis. "Pero las cosas no nos están saliendo. Es duro, pero el futbol a veces no es justo. Hay que seguir luchando, porque si bajamos los brazos, se acabó todo".
Algunos aficionados invadieron la sede del club temprano el lunes y medios locales dijeron que tiraron basura al terreno donde se entrenan los jugadores, destruyeron carteles publicitarios y dañaron algunos vehículos en la playa de estacionamiento, incluidos los de varios jugadores.
"Los aficionados están frustrados y nosotros también", declaró Luxemburgo. "Pero no está todo dicho, hay que seguir trabajando para conseguir los resultados que necesitamos. Estamos fuera de la zona de descenso y hay que asegurarse de que no caemos en ella".
Luxemburgo soporta fuertes presiones desde hace tiempo. La semana pasada la prensa dijo que casi fue despedido luego de una derrota ante Vitoria y muchos daban por segura su partida tras el revés contra el "Fla". Pero el club le dio un voto de confianza.