El candidato asume una postura cómoda, la de tirar la piedra para a continuación esconder la mano, dejando que su equipo de campaña viendo el escozor que causó en los grupos del tercer sexo, sean los que declaren que él no es homofóbico, ¡ah! y también que pidan una disculpa por haber dicho lo que, vaya, que sí dijo, -si no para qué dar una disculpa-. En efecto, lo que causó molestia fue que dijera que no estaba a favor de legalizar la unión entre personas del mismo sexo. La homofobia es una enfermedad psicosocial que se define como miedo y odio irracional a los homosexuales. Estamos en presencia de un candidato machista, xenófobo y racista que busca la marginación y en su caso la exterminación que no se atrevió a reconocer que se equivocó, lo que quizá refleja en mayoría de los casos deseos ocultos combinados con desajustes emocionales.
No me cabe la menor duda de que el candidato al expresar su desdén, lo hace ortos odonto sin atreverse a manifestar para sí mismo que es diferente a lo que abomina. Da la impresión de que al rechazar a otros trata de esconderse en su propio clóset. Hay una hipocresía disimulada en quien arroja lodo a los demás sin enterarse siquiera que navega en una ciénaga política por lo que sus manos seguramente están cubiertas de sucio fango. La homofobia es esencialmente una manifestación de odio a uno mismo pretendiendo negar los amaneramientos que le enseña su propia imagen. No sabemos si es el caso, pero la encendida vehemencia con la que quiere destruir el nuevo orden de cosas no demuestra sino una supina ignorancia del que se queda viviendo en el pasado y es obvio que no respeta el presente.
Lo que enciende los ánimos es la intolerancia para lo cual habría que determinar una serie de patrones educacionales, culturales y de entorno en las personas más reacias a aceptar que existen distintas orientaciones sexuales.. Leí que el actor de color Morgan Freeman se expresó al respecto diciendo: la palabra homosexual no se refiere a tener una fobia, es decir, tener miedo de los homosexuales. Se refiere a odiarlos y eso no es de miedosos, es de idiotas. El que odia o simplemente rechaza a los homosexuales lo hace por ignorancia, y eso si no de idiotas sí es de incultos. No podemos todos tener todos los mismos gustos o sentimientos. Es tan sólo otra orientación sexual, un rasgo sexual con el que nacen algunas personas, que sólo le concierne a esas personas. Frente a esa realidad sólo queda respetarla, no creer en los viejos tabúes difamatorios y aceptar que todos somos distintos, pero debemos tener los mismos derechos.
El párrafo que antecede es una transcripción de ideas en las que coincido y que debería leer el candidato a gobernador en Baja California de nombre Fernando Castro Trenti, a quien sus amigos apodan "El Diablo", que me dicen ha cometido varias pifias como las de negar su cercanía con el actual huésped de Los Pinos simplemente por estrategia electoral. Ahora parece que niega creer en lo que dijo acerca de las personas que no soporta piensen de manera diversa a la suya, que pensamos lo hace también por estrategia electoral. Debe cambiar o no le auguramos éxito en la justa electoral. Lo veremos el próximo 7 de julio en que la ciudadanía acudirá a las urnas. Es cierto que no se va a enfrentar a un Ernesto Ruffo Appel, pero sí a los ciudadanos que en estos tiempos están, cada día que pasa, más enterados.
