En este asunto puede decirse que los ministros de la Suprema Corte se encuentran en una disyuntiva, esto es: o cumplen con la jurisprudencia que se refiere al debido proceso penal ordenando se libere a la francesa Florence Cassez, desechando las pruebas que la inculpan o bien, confirman la sentencia que la condenó a 60 de prisión para lo cual tendrán que negar la protección federal que esta mujer solicita. La justicia se encuentra en un dilema o cierra los ojos para no tomar en cuenta pruebas aportadas durante el desarrollo del proceso, durante su incoación o abriéndolos determina que hay una demostración palpable de su participación en el delito que le imputan. Hay un proyecto que no tuvo éxito, elaborada por el ministro Arturo Saldívar Lelo de Larrea que proponía liberar a Cassez dejando sin efecto los 60 años a que había sido condenada. Proyecto que causó el revuelo de las víctimas que impidió se aprobara por el resto de los ministros quienes al ver el alboroto que se estaba propiciando, supongo, decidieron retirarlo.
El honorable tribunal de amparo entregó el explosivo cuaderno a la ministra Olga Sánchez Cordero para que trazara un nuevo dictamen, la que ni tarda ni perezosa, se dio a la tarea de hacer sin mayor esfuerzo pues en su ánimo ya había tomado una decisión. La única variación al proyecto del ministro Saldívar fue la de que en vez de que el supremo tribunal decretara la libertad, dictara con base en las mismas consideraciones, fue que el amparo se concedía para efectos, con el fin de que estimando que la ahora sentenciada al hacer su declaración ministerial careció de asistencia consular y la demora de poner a la detenida a disposición del Ministerio Público, viciaron el procedimiento, procedería se dictara una nueva sentencia garantizando la totalidad de los elementos del debido proceso con lo que podría ser liberada. Anteriormente el escándalo provocó un distanciamiento entre los gobiernos francés y mexicano, dado que este último se negó a acatar el tratado de Estraburgo, mediante el cual podría la sentenciada cumplir su pena en una prisión gala.
La locución latina In dubio pro reo, es uno de los pilares del Derecho penal moderno, que se traduce, que si hay duda sobre si el acusado es o no culpable del hecho, el juez deberá dictar un fallo favorable. Aunque la verdad de las cosas es que tal como se desarrolló la averiguación no me queda duda alguna sobre la culpabilidad de Florence. Que las autoridades policiacas encargadas de la averiguación cometieron pifias (no avisaron a las autoridades consulares francesas de la detención, la demora en ponerla a disposición del Ministerio Público, efectuándose un videomontaje fílmico en cuanto a su captura, que se dice dio lugar a que víctimas del secuestro variaran su declaración a consecuencia de una deformación de la realidad, viciando el procedimiento, corrompiendo las pruebas que les restaron fiabilidad dejándola en estado de indefensión, son errores que no anulan la realidad del secuestro. El secuestro tuvo lugar, que debido a la pésima actuación de la Policía se cometieran pifias; es hora de que cobren un resultado favorable a la acusada.
Está comprobado en autos, que personas eran secuestradas, también se demostró que se pedía rescate por un grupo llamado los Zodiaco, que Florence estuvo relacionada sentimentalmente con Israel Vallarta quien a la postre sería identificado como miembro de la banda de secuestradores. El coacusado David Orozco integrante de la banda, imputó a Cassez el haber planeado y ejecutado plagios y, se dice, estaba encargada de cuidar a varias de las víctimas. Lo que se presume es que una vez en manos de la Policía se le retuvo sin ponerla a disposición del Ministerio Público, sólo para realizar una falsa recreación de su detención. Total, el próximo 23 de este mes de enero se descorrerá el telón de esto que está amenazando con convertirse en un drama de folletín. Ella no es culpable de los secuestros, tampoco es inocente. Ella está tras las rejas de una prisión, no debería estar ahí pues no está demostrado que hizo lo que hizo. Hay pruebas que demuestran participó con la banda de los Zodiacos, pero carecen de valor probatorio. En fin, todo ocurre y nada ocurre, excepto que será liberada y colorín colorado, este cuento se habrá acabado.
