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JÓVENES COLUMNISTAS

Luis Alberto Martínez Chávez

"La juventud, sobre todo la más

Necesitada, no puede quedar

Abandonada, sino que para

Crecer sana necesita un

Requisito esencial: el amor."

Benedicto XVI

En pleno tiempo de Cuaresma y a pocos días de la Semana Mayor y con eso de que hoy más que nunca están de moda los Papas, no las papas, es decir; entre que renunció su santidad Benedicto XVI, hoy Papa Emérito Joseph Ratzinger y a la postre el reciente relevo del Papa Francisco, me llamó la atención el retomar fragmentos de varios de los discursos que durante su pontificado dirigió a los jóvenes del mundo.

En agosto de 2011 al iniciar su participación en la Jornada Mundial de la juventud (JMJ) efectuada en Madrid, España, el Papa, alentó a los jóvenes a que ante las dificultades de la vida no desfallecieran: "Con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la Paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado".

En nuestro contexto, hoy más que nunca nos hace falta Paz, Paz que hace tiempo no visita nuestros hogares, Paz que hoy es el mayor anhelo; de nuestra ciudad, de nuestra región, de nuestro país, del mundo entero. A mi juicio sólo llegará cuando hagamos una pausa en nuestro andar, cuando escuchemos detenidamente la voz de Dios, cuando pongamos en práctica los valores, cuando pongamos en práctica nuestra humanidad, cuando demos un verdadero sentido y significado a nuestras vidas.

¿Y qué es el dar sentido a nuestras vidas? Hoy es deprimente ver a la juventud del mundo morirse práctica e indiscriminadamente en la nada, rendirse poco a poco ante el desempleo, morirse lentamente en el mundo de la pobreza, las drogas, el narcotráfico, la inmoralidad y la ambición; en un mundo que aun lleno de tecnología, no ofrece nada nuevo en lo espiritual, en lo que vale, en lo que tiene sentido, en un mundo que necesita aires de cambio, en un mundo que necesita una inyección de sangre joven, en un mundo que pocas o nulas oportunidades ofrece a la juventud, en un mundo que lentamente e intempestivamente agoniza, pues muestra día a día la carencia más importante, la que debiera ser nuestro motor: la carencia del amor.

El Amor, algo muy complejo de explicar, hoy lo enfoco únicamente al descubrimiento de Dios, al descubrimiento de su acción en nuestras vidas, al descubrimiento de la Verdad, y en palabras de quien fuera Papa, prosigo con parte de su discurso: "Dios alienta a los jóvenes y abre los ojos ante los desafíos del mundo en que viven, con sus posibilidades y limitaciones. Ven la superficialidad, el consumismo, y el amor al placer imperantes, tanta banalidad a la hora de la sexualidad, tanta insolidaridad, tanta corrupción." "Y saben que sin Dios sería arduo afrontar esos retos, y ser verdaderamente felices, volcando para ello su entusiasmo en la consecución de una vida auténtica".

¿Cuánto mal nos ha hecho el vivir con acciones y actitudes que sólo nos dañan y perjudican?, ¿cuánto?, cuánto daño nos ha hecho el vivir a medias, el vivir por vivir, el no tener empatía con el dolor de otros, el anteponer los intereses propios al bien común, el vivir de placeres efímeros y fugaces, el hacer cualquier cosa por conseguir lo que se quiere pisoteando la dignidad propia y la de los demás, el vacío de vivir en el desenfreno de una sexualidad que daña, el vivir en una sexualidad que crea miedos y lastima, el pasar de largo ante los que más sufren, el vivir tranzando, y que el más vivo, viva del que se deje, ¿cuánto?

Como chavos es momento de darle un giro a nuestra vida, es momento de tomar conciencia y descubrir qué mundo y qué vida queremos; si queremos un mundo que nos daña y que poco a poco nos destruye, o un mundo donde los valores sean la principal arma para enfrentar las dificultades de la vida, donde la participación activa, consciente y responsable de los jóvenes en todos los ámbitos de la vida, ya sea social, religiosa, política, cultural, etc., sea nuestra principal fuerza y que nada ni nadie la destruya, pues ese debe ser el espíritu de la juventud; juventud que cuantas veces se caiga se levante.

Con lo escrito anteriormente no pretendo hacer creer al que no cree, pues estamos en un país libre, mucho menos pretendo ofender a quien practica alguna otra denominación religiosa ajena a la Católica; con lo anterior sólo pretendo poner a la verdad como estandarte, pautar paso a paso el camino, quizá pueda ser el de concientizar a quien no se ha dado un "break" en la vida, pues hay quien dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". ¡HASTA LA PRÓXIMA!

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Escrito en: jovenes columnistas

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