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Un día diferente a lo planeado

EDGAR ALEJANDRO GONZÁLEZ JIMÉNEZ

Como cambian los planes de un momento a otro. Salí del trabajo pensando que podría descansar, y no; Termine en el hospital, en el quirófano, anestesiado para que el traumatólogo pudiera acomodarme el hombro que se me dislocó, fue la novena ocasión, sin embargo, esta vez, fue más complicado y no pude acomodármelo solo, tampoco pudieron los doctores, por lo que tuve que ser mandado al quirófano para ser anestesiado y así los médicos pudieran maniobrar con mi hombro.

Llegué a la casa, y mi esposa me esperaba para platicar unos asuntos (es que me salí del guacal un día antes) y ella estaba sentada en la cama recargada en la cabecera y yo acostado frente a ella, había dejado entrar a la casa a cheester (mi perro, de raza labrador) y en lo que estaba recibiendo el "regaño" de mi esposa el perro lamió mi mano y me asustó, por lo que reaccioné levantándome de la cama rápidamente y eso fue suficiente para que se me "saliera" el hombro.

Llegue al H.U. y sí, había gente esperando antes que yo, y claro me esperaba lo peor, pero las cosas fueron cambiando para bien, porque el traumatólogo, el residente y la enfermera me trataron muy bien, intentaron reacomodarlo, varios intentos, muy dolorosos, y nada, hasta que por lo repetitivo de la lesión decidieron enviarme a quirófano. Ya estando en el segundo piso, el personal me trató con atención y amabilidad, me prepararon para ingresar a la sala, y todo lo que observaba (en mi humilde opinión), las instalaciones no le piden nada a un hospital particular, todo se veía nuevo, bien acomodado y suficiente personal. Por eso quise escribir lo que me pasó como tres puntos principales:

A) Uno puede tener muchos planes, pero si no atendemos nuestra salud por "no tener tiempo", tarde que temprano el cuerpo paga la factura.

B) No siempre tenemos que señalar lo malo de las instituciones y, si es justo mencionar ("dar una palmadita") cuando las cosas se hacen bien, y hay suficiente personal capacitado, instalaciones nuevas y bien cuidadas.

C) Y tres a la otra que me "porte mal" ya no voy a debatirle nada a mi señora, que hasta a nuestro cachorro tiene amaestrado para secundarla en las llamadas de atención.

Quiero mencionar que nadie sabía que escribo en un medio de comunicación, por lo cual no hubo ningún trato diferente hacia mi persona al mismo que recibieron otros pacientes ahí presentes.

Y termino con esta máxima: "La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan" Henri Becque

Twitter: @018_edgar

Correo: edgaralejandrogonzalezjimenez@yahoo.com.mx

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Escrito en: jovenes columnistas

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