No es que Santos Laguna esté mal conformado, lo que pasa es que la salida de Daniel Ludueña desequilibró la cintura, pues hace falta ahí un mariscal que organice defensa y ataque, cobre los tiros de esquina, dé pases como con guantes y aporte su cuota goleadora.
La temporada anterior se nos fue en echarle algunas flores al argentino, como compensando tanto ataque que también le dedicamos cuando flojeaba y sin condición física salía a pasearse por la cancha después de tardes de gloria que había tenido aquí.
Porque fue de los que trajeron para salvar al equipo y luego ayudó a ganar un campeonato, el tercero, pero luego le salió la otra cara y se fue para abajo; la llegada de Benjamín Galindo ayudó para que cambiara de actitud.
Era de los que más trabajaban en los entrenamientos, perdió kilos y sus últimas dos campañas como Guerrero desquitó, cumplió y hasta lo bautizamos como el 'Mariscal', porque jugaba con ganas y entusiasmo, por ello nos sorprendió que lo soltaran.
El hueco que dejó en la media cancha es cada vez mayor, y para acabarla de amolar, Pedro Caixinha ha sentado al 'Popo' Salinas, que estaba jugando bien. Nos parece que Calderón y Mauro Cejas no llenan el vacío que ha quedado.
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