Aunque ellos lo niegan, cada técnico tiene sus jugadores consentidos, a quienes atienden más y les dan más oportunidades. A lo largo de nuestra vida comentando el deporte hemos visto este fenómeno que nos parece normal. Vamos a citar dos ejemplos recientes:
Nos tocó ver el nacimiento a la fama de Cándido Ramírez, un jovencito al que Benjamín Galindo fue formando con especial atención y vaya que el nacido en León, Guanajuato, respondió. Fue su mayor promoción lo que hizo en Toulon, Francia, ayudando a ganar el certamen con jugadas y goles.
Hasta pudo ser parte de la Selección que ganó la Olimpiada, pero Luis Fernando Tena ya tenía su lista con sus preferidos y Cándido quedó fuera, luego salió Benjamín Galindo de Santos y Cándido no tuvo más las enseñanzas del Maestro y ya no fue el mismo. Sus jugadas las adivinaban los rivales.
Llegó Pedro Caixinha y le hablaron de Cándido, le dio algunas oportunidades hasta que lo dejó en la banca poniendo en su lugar a su consentido Mario 'El Loco' Cárdenas, quien está haciendo las cosas cada vez mejor y el de León, Guanajuato, sigue calentando el banco.
Algo tiene que hacerse con jugadores como Cándido, que poseen facultades y tienen juventud, en lugar de traer del extranjero gente como Andrés Rentería, que no dan el ancho y ocupa un lugar que debe ser primero para un mexicano.
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