Esta final, entre América y Cruz Azul, tuvo todos los ingredientes que apasionan, alegran, entristecen y deja recuerdos nada fácil de olvidar. La mañana del domingo las apuestas en la Comarca favorecían al América, considerando su gran campaña.
Hasta el padre José Rodríguez Tenorio dijo en la mesa del restaurante donde desayunaba: "Fíjense bien, va a ganar el América simplemente porque es el mejor hoy día, ya lo verán". "¿Cuánto apuesta?", preguntó Karim Darwich, a lo que el sacerdote contestó "no soy de apuestas".
Lo cierto es que las Águilas sufrieron gran transformación con la llegada a la presidencia deportiva de Ricardo Peláez, quien metió la mano escogiendo primero al técnico que necesitaba. Propuso de inmediato a Miguel Herrera, a quien tanto elogiaba cuando fue comentarista.
No fue bien vista por algunos que señalaron de inmediato la falta de títulos del 'Piojo', especialmente el par de intentos que tuvo con Rayados y no pudo, mas lo bueno fue que Emilio Azcárraga Jean lo aprobó y ya vieron la celebración que mostró al concluir el partido, feliz de la vida.
Miguel Herrera es muy joven y tiene mucha ascendencia con los jugadores, buena imagen con la prensa a la que sabe tratar y es de los que gusta mostrar lo que hace y por qué lo hace. Lo dijimos aquí cuando venía dirigiendo al Atlante y abría las puertas de los entrenamientos.
Sigue siendo un muchacho sencillo, sin afectaciones, siempre buscando mejoras en el trabajo arbitral y protestando las fallas de los silbantes que le han costado expulsiones. Se sintió tranquilo cuando supo que sería Paúl Delgadillo el que pitaría la final y ya vio lo que pasó cuando lo dejó con 10 hombres.
mruelas@elsiglodetorreon.com.mx
