Tiene razón Oribe Peralta, si queremos presumir de ser la mejor afición de México, tenemos que demostrarlo con hechos y no con publicidad engañosa. Tenía que ocurrir, lamentablemente, un incidente entre un mal aficionado y un técnico de mecha corta para buscar soluciones.
Muchos hemos sufrido en diferentes estadios agresiones que pudieron ser graves y al parecer nunca terminarán, a menos que directivas y aficionados apoyen para eliminar no sólo la violencia sino también incomodidades que afectan a los que con el deseo de divertirse acuden.
Aquella medida que apareció en el viejo Corona y que comentamos ayer tuvo apoyo y éxito. Cámaras colocadas estratégicamente captaban lo que ocurría en la tribuna y sin denuncia llegaban los de seguridad y apaciguaban a los latosos o los sacaban.
Los mismos aficionados denunciaban a los que por mala suerte les tocaban al lado y al calor de las copas insultaban o tenían mal comportamiento, como fumadores semejantes a chacuacos.
Por ello, hacía falta, lamentablemente, una exhibida a todos los niveles para retomar el orden.
Es que los espectáculos deportivos deben ser cuidados al máximo, si no muchas familias se retirarán de los escenarios al no contar con garantías suficientes, teniendo que padecer a borrachitos frustrados y traumados, a fumadores empedernidos o a gente de mala entraña.
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