La derrota de 1-2 de México ante Honduras es la historia de una muerte largamente anunciada, a la que se aferraron 'Chepo' de la Torre, quien siempre negó hacerse a un lado pese a los malos resultados que tuvo, y su protector y padrino Justino Compeán.
Ambos, en automático deben quedar fuera, de lo contrario los destinos de la Selección quedarían peor que nunca en su larga historia, y ocurre esto cuando se pensaba que nuestro futbol tenía por fin cosas que presumir.
Lo ocurrido anoche en el Azteca fue contrastante, en un principio los nuestros mostraron la mejor cara con su máximo goleador al frente Oribe Peralta, quien a pase de Gio anotó el gol. Todo México cantó de alegría y los catrachos ni la pelota tocaron.
Pero apenas empezó el festejo mexicano, los errores en la cancha por parte de los nuestros fueron en aumento, sobre todo en la media cancha, donde Torrado y Jiménez estorbaban en lugar de ayudar.
En la complementaria México acabó de esfumarse, mientras once zapatazos fueron suficientes para que Honduras anotara el primero por conducto de Bengston y enseguida Costly anotara el del triunfo. Y colorín colorado.
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