César Arturo Ramos Palazuelos ha sido, desde su debut en Primera División, un buen árbitro, lo que le ha valido el reconocimiento general, pero el último partido que dirigió aquí contra Monarcas anduvo perdido, permitiendo el juego brusco y dejando de apreciar importantes jugadas.
Es que a sus 29 años de edad el sinaloense seguramente ha empezado a escuchar el canto de las sirenas y se ha trepado temprano a las nubes. Lo decimos porque en las últimas entrevistas que se le hicieron empezó a quejarse de injusticias.
Empezó a hablar de las críticas a los silbantes a pesar de que a él se le ha tratado bien, y lo peor viene cuando habla de que en México el arbitraje es muy zarandeado, curándose en salud porque ya empezaron las quejas por sus errores.
Más aumentarán sus quejas al enterarse que Santos Laguna, no muy dado a protestar decisiones arbitrales, ha enviado a las autoridades deportivas correspondientes una queja por la expulsión de Mauro Cejas, por considerarla improcedente.
A lo anterior agregue el comentario que hicimos refiriéndonos a que al quedar Santos con 10 hombres el espectáculo se vino abajo y así el equipo de la Comarca, perfilado para golear a Monarcas, se quedó sólo con tres goles y no seis o siete que al estilo Toluca hubiera marcado.
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