El autor. El periodista mexicano Jorge Zepeda Patterson, colaborador de El Siglo de Torreón, es autor de seis libros sobre periodismo, ha sido director en dos ocasiones del diario El Universal y actualmente es director del portal de noticias Sinembargo.mx, ya prepara su segunda novela.
Sagaz, certero y con la misma capacidad que durante más de dos décadas le ha permitido descifrar y traducir la compleja realidad política de México, el periodista Jorge Zepeda Pattersson, se deja seducir por la literatura y escribe "Los corruptores", un thriller que acosa al lector con la misma intensidad con la que sus personajes se ven orillados a sobrevivir en un país que parece destinado a la corrupción.
A pocas semanas de haber sido publicada por Planeta, la novela de Zepeda Patterson, ya ha registrado sorprendentes niveles de venta, su edición digital ha enganchado nuevos lectores, y los derechos ya están siendo comprados para traducciones al italiano y portugués.
→ ¿Es la ficción la válvula de escape del periodista?
De entrada yo creo que hay varias motivaciones, una primera muy personal es la de una vida de estar enamorado de la lectura, ser un amante de la ficción, al margen de mi trabajo profesional. Siempre estuve con la espina clavada de hacer en algún momento una novela. Pasar de ser lector a ser autor.
La segunda, en efecto, yo creo que sí hay un interés en seguir profundizando el tratamiento de la escena pública que lo ha hecho periodista, ahora por otras vías, con otras herramientas para abordar el trazo de lo que es vivir en México en estos momentos. Es un poco lo que intento con "Los corruptores", avanzar en zonas donde el periodismo se detiene.
→ ¿Qué tanto de Jorge hay en Tomás, protagonista de la novela?
Yo creo que la hay en toda la trama, es decir, por supuesto que Tomás, es uno de los personajes de mi libro más cercano a lo que yo hago, pero ya lo que es su personalidad, gustos, aficiones, sueños, esperanzas, frustraciones, es una reconstrucción de un personaje, algo tiene de uno, algo tiene de otros, igualmente otros personajes como Mario y Jaime, tienen aspectos del propio autor.
Creo que Tomás recoge, al menos en su personalidad y gustos, en su oficio evidentemente, muchos aspectos de mi trabajo.
→ ¿Tenías muchas anéctodas, temas, casos y situaciones en la memoria, en espera de la ficción?
En efecto. Es como conjurar una serie de asignaturas pendientes, porque hay temas como los colectores de Guadalajara, algunos expedientes de políticos, que se tratan en la novela como infamias, en efecto son temas de los que yo me he ido enterando, algunos que no se pueden publicar en prensa, porque el periodismo exige la documentación y la demostración.
Casos en los cuales uno sabe que es así, pero por alguna u otra razón no se puede mostrar, en la novela no se tiene esa limitación, entonces me permite ilustrarla y cambiando algunos datos, sin dejar de informar al lector de que eso sucede en la realidad.
→ ¿Es el absurdo el estado ideal para describir la política del país?
Yo no diría tanto que el absurdo, el humor negro a veces sí nos serviría para reinos de nosotros mismos. Yo voy introduciendo el humor en la novela no como una herramienta para abordar lo político, sino para abordar la vida misma, el amor, el sexo, las pasiones, son ejes que, digamos, gobiernan en la vida de los personajes como sucede en la vida real.
→ Sé que eres alguien de libros, de literatura. ¿Qué tanto te sedujo el acto literario?
Muchísimo. Mucho más incluso de los que llegué a imaginar. Yo la novela la había postergado durante mucho tiempo, entre otras cosas por el excesivo respeto que le tenía como lector al acto de creación.
Sin embargo, debo decir que como comencé con temas que me son muy afines, periodismo, ámbitos digitales nuevos, obviamente clase política, encontré que fue mucho más sabroso, gozozo, el ejercicio, incluso más fluido de lo que yo había anticipado. Si hubiera sabido habría comenzado antes.
→ Más dócil la literatura que el periodismo.
Yo llevo cinco o seis libros en el oficio del periodismo, pero es mucho más fácil la literatura, obviamente tiene uno que cubrir ciertos aspectos, pero en todo caso se me dan más fácil que la no ficción, la realidad es un instrumento más rígido, menos dúctil que la ficción. La ficción es como una plastilina, uno puede trasformar en un lenguaje narrativo lo que uno quiere decir o exponer.
→ ¿Hay un homenaje al periodismo escrito en la novela?
Sí. Yo he sido un artesano de la escritura. Al hacer ficción te das cuenta del oficio, si hubiera intentado eso a los 22 años seguramente no hubiera tenido esa fluidez porque son muchos años de estar escribiendo textos periodísticos, al final escribir es una cosa artesanal, donde hay que hacer frases claras, explícitas, creativas, que inviten al lector a pasar al párrafo siguiente, es un oficio artesanal, ahora utilizado con otros propósitos. Pero ahí es donde el lenguaje del periodista, mi oficio, funciona.
→ Como lector, ¿pensaste en tus lectores?
En buena medida me pensé a mí mismo como lector, lo he leído con frecuencia por algunos escritores, parecería un cliché, pero es cierto cuando uno está haciendo una novela, en primera instancia, uno aspira o pretende que ésta pueda satisfacer como a cualquier persona a tu lector. Aprovecho para decir que si la novela funciona, y mantiene el interés, me lo plantee como objetivo, ha sido muy gratificante encontrar que resultó.
El hecho de que salga en varios países, en otros idiomas, me revela que la novela se sostiene por sí misma, que la historia es atractiva, de otra manera no la estarían comprando para que la lean en otros países, gente que no necesariamente está interesada en la clase política mexicana, es una historia apasionante, eficaz, que atrae la atención del lector.
→ ¿Es la primera de varias novelas que revelarán esas asignaturas pendientes?
Sí ha sido la novela un recurso para dar cuentas de aspectos oscuros de la escena pública, que son opacos y cuesta trabajo trasparentar por otros medios. Lo que encontrarán en la novela es casi una construcción antropológica de lo que es el poder y la manera en que lo operan tras bambalinas. Quedé muy contento con el resultado, creo que el lector se va a llevar ahí varias sorpresas.
Quiero continuar haciéndolo para abordar este tema y otros, ya estoy escribiendo la segunda novela que es una especie de saga, con personajes de la primera.
Bibliografía
Jorge Zepeda Patterson, además es autor de:
⇒ Los suspirantes 2012.
⇒ Los intocables.
⇒ Los amos de México.
⇒ El presidente.
⇒ Los corruptores, ficción, 2013.