Desierto. En la zona desértica hay señales de auxilio para migrantes que cruzan la frontera hacia los Estados Unidos.
Jerónimo García y Adriana Mendivil tocan la muerte casi a diario. La revisan, le buscan, hasta le preguntan.
Trabajan en el Consulado de México en Tucson, en protección, y son quienes derraman adrenalina cuando de la Patrulla Fronteriza, de la morgue, el sheriff de los condados de Pima o de Pinal, o el jefe de la policía de los Tohono O'Odham, les llaman para avisar que un cuerpo o restos óseos han sido encontrados o que hay accidentados.
Ellos tienen la tarea de ayudar a la identificación de cuerpos o sólo restos óseos que son encontrados -por lo regular- en medio del desierto o en la carretera.
Han ayudado a hacer más grande y eficaz el Programa de Identificación de Restos que al inicio de este siglo la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) implementó para ayudar a centenares de familias que buscan al pariente que emprendió el camino hacia Estados Unidos sin papeles.
Su oficina pequeña refleja el trabajo diario de encontrar las personalidades jurídicas. Un mapa que tiene etiquetas azules, amarillas y verdes que enseñan si fueron cuerpos de mujer, hombre y si fueron identificados; reflejan las zonas en donde se encontraron; muestran coordenadas y el incremento y decremento de hallazgos. Han trazado incluso las rutas del coyote o pollero, de la delincuencia.
Lo primero que hacen cuando cae un caso, es llenar un formato para incluir todas las características del cuerpo encontrado. Una de las partes importantes que ellos miran es la dentadura: si los dientes están completos, si tiene trabajos hechos.
"Lo centroamericanos, específicamente los guatemaltecos, se hacen trabajos en los dientes, se ponen estrellas. Los dientes de los mexicanos del sureste son muy particulares y diferentes a los del centro o norte", comentó García.
Buscan entre las ropas, en las etiquetas, en la pretina del pantalón, en la bastilla de las telas, casi siempre los migrantes meten ahí dinero y números de teléfono. Cargan con la del IFE, con estampas religiosas, los del norte no salen sin su Malverde y sin su Santa Muerte, lo mismo que los del centro. Los de Oaxaca y los de Chiapas usan un tipo de bota similar: dura. Los de Centroamérica portan una gorra estilo "guerrillero", pero cargan documentos mexicanos falsos.
Jerónimo y Adriana revisan y palpan todo, toman fotografías, hurgan en las entrañas de los cuerpos y terminan por saber si alguna familia mexicana reportó la desaparición de su pariente, ello, a través de consulados, de oficinas de SRE en México o del Centro de Llamadas Mexicano en Tucson (1-877-632-6678). El cónsul Juan Manuel Calderón explicó que se ha clasificado en dos grupos el tema de los restos hallados en el desierto: los de nombre asociado, que son aquellos a quienes se les encontró algún documento entre sus pertenencias, y los de sin nombre asociado, que son los que no cuentan con ninguna pista para saber quiénes eran y los restos óseos.