El retrato. El escritor mexicano Rafael Pérez Gay escribe una crónica sobre los últimos días con su hermano, el filósofo y diplomático y también escritor mexicano José María Pérez Gay.
"El cerebro de mi hermano", de Rafael Pérez Gay, es un relato de la evolución de un padecimiento degenerativo en el seno de una familia, recuerdos, emociones, temores y expectativas. El uso de la memoria como un recurso literario, por quien compartió con su hermano, amigo y colega, José María Pérez Gay, más que una vida.
El escritor mexicano compartió con El Siglo de Torreón, algunos apartes de lo que fue escribir un texto conmovedor y universal, en homenaje a su hermano Chema, quien falleció hace un par de meses, una crónica muy bien escrita publicada por Seix Barral.
→ ¿Es diferente escribir desde la memoria, aun en duelo?
En realidad este libro es una especie de secuela de una novela anterior que se llama "Nos acompañan los muertos", no sabía que esta secuela iba a escribir, la primera novela es la historia de mis padres viejos, un matrimonio y la historia de sus hijos, de su ciudad; yo no sabía que iba a escribir esta especie de secuela, me refiero a la textura, el modo de escribir, yo no sabía que la iba a escribir porque no sabía que mi hermano iba a morir en este tiempo.
→ Dos libros autobiográficos que se relacionan.
Cuando uno habla de autobiografía, habla de la memoria. Es como la maceración de la experiencia, y como decía Javier Marías, el escritor español, el punto supremo de la imaginación es la memoria. Yo he escrito un libro sin imaginación, este es un relato verdadero, le llamo un informe triste, que narra los últimos años y los últimos días de la vida de mi hermano.
→ ¿Cómo seleccionar de la memoria los mejores recuerdos o anécdotas?
La memoria para mí es la materia última, la fibra más importante de la experiencia, sí es complicado escribir sobre alguien tan complicado como mi hermano con quien sostuve una larga amistad literaria, yo fui para él mucho, su hermano menor, el tiempo iguala las cosas y nos volvimos muy buenos amigos.
Escribí este libro en dos o tres ráfagas. Mi hermano venía a comer a mi casa los jueves, durante los últimos dos años de su vida, para mí era muy importante porque yo quería estar cerca de él, todos. Siempre tomaba notas los jueves en la noche, notas tristes, aveces devastadas, sobre lo que estábamos viendo, que está narrado en el libro.
→ Pero en un drama con muchos descansos literarios
Digo que lo escribí en ráfagas, porque en momentos suspendí la narración para contar algunas anécdotas, familiares algunos episodios que tienen que ver con nuestros padres, entonces hice una estructura narrativa que no tuviera que ver sólo con la enfermedad, sino que pudiera tener incluso pasajes de humor, ante una enfermedad tan larga y penosa como la que sufrió mi hermano José María.
→ ¿Pesó mucho el nombre de un personaje tan importante en la vida del país como tu hermano?
A mí no me pesó para nada. Yo quise hacer un retrato, y fíjate que digo retrato y no homenaje, porque la palabra homenaje me pesa mucho, hice un retrato lo más cercano a la realidad que mis recuerdos me traen. Cada quien trae una memoria distinta, no me pesa, él y yo fuimos muy bueno amigos literarios, compañeros de lectura y es una de las características de la hermandad que nos unió.
→ ¿Es una reflexión dramática de la condición humana?
Permanentemente, este libro es una ceremonia del adiós, es una forma en la que yo me despido, le permito a él irse, y él me permite a mí quedarme. Yo estoy seguro que si los papeles se hubieran invertido, él hubiera hecho, al menos, algo similar, no tengo la menor duda. A la hora de escribir sobre esos momentos sí es algo complicado.
→ ¿Por qué escribir de eso?
Por una simple y sencilla razón, yo tenía un deber. Un deber moral y un deber literario. Moral en el sentido de, cómo y qué está bien, que está mal, cuando yo hablé de mi hermano, y literario, porque la literatura nos unió. Bueno nos unieron varias cosas, la literatura y el humor, nos reíamos de muchas cosas, de nosotros mismos.
→ ¿No quedó nada pendiente en ese deber?
Eso es lo que yo quisiera, te confieso que me he preguntado muchas veces si quedó algo pendiente y no lo sé. Nadie puede tener la cifras en cero cuando se trata de personajes tan cercanos, como en este caso mi hermano y yo, pero para mí este libro tenía que ser escrito así, en ráfagas.
→ ¿Qué tanto arrancaste del periodismo en esta crónica?
Bueno, como tú sabes yo vengo del periodismo, del periodismo literario y los libros que yo escribo siempre tendrán algo de este género anfibio que es la crónica, el relato. Yo digo que es un relato verdadero y me quiero quedar con esa idea.
→ ¿Es una crónica personal sobre la condición humana que se vuelve universal?
Si tú te olvidas al final de los apellidos de esos dos hermanos, te quedará un libro que habla de la enfermedad y la muerte, que son dos temas que al final no vamos a poder eludir nunca. Yo leía la presentación de un poema de Borges que decía: "Voy a hacer una confesión íntima y al mismo tiempo general, porque lo que le pasa a un hombre le pasa a todos los hombres", este episodio puede quedar porque le puede pasar a todos los seres humanos.
→ Entregas un rostro muy humano de Chema
Sí, porque para hacer un retrato tienes que tomar una cosa muy humana, muy lista, para estar presente cada día.
El autor
Rafael Pérez Gay es autor de numerosos artículos sobre literatura francesa. Ha publicado distintos fragmentos de una investigación sobre la prosa y el periodismo mexicano del siglo XIX, entre ellos destacan sus contribuciones de historia literaria sobre autores como Manuel Payno, Ignacio Manuel Altamirano y ensayos sobre ambientes porfirianos, autores decadentistas y encrucijadas culturales de fin de siglo. Colaborador de La Cultura en México, La Jornada, Nexos, y Unomásuno.
Bibliografía
Rafael Pérez Gay es autor de:
⇒ No estamos para nadie. Escenas de la ciudad y sus delirios.
⇒ Esta vez para siempre.
⇒ Diatriba de la vida cotidiana.
⇒ Paraísos duros de roer.
⇒ Me perderé contigo.
⇒ Llamadas nocturnas.