Una regidora en el ayuntamiento de Guadalajara usa un léxico impropio de una dama que debe abstenerse de usarlo si se precia de respetar a las personas con las que tiene trato por razón de su cargo; usa exabruptos en cantidad tal que decían nuestros antepasados de menos cuando niña debieron lavarle la boca con agua y jabón. Y si, puede decirse por los epítetos descargados al estilo de una persona carente de educación que no se midió al calificar a sus subalternos de abusar de sus cosas, no con palabras que parecieran proceder de una educadora, sin señalar en qué consistía el supuesto abuso de sus colaboradores. Dice contar en la actualidad con 40 años de edad, aunque por las palabras que escucharon sus colaboradores en el fondo su reacción parece la de una niña consentida y caprichuda acostumbrada a hacer su santa voluntad aunque tenga que pasar por encima de sus superiores.
Entre insultos, barbaridades, majaderías e incoherencias demostraba un enojo que llegó al grado de llevarla a desvariar y a cometer el sacrilegio de arremeter, ciega de ira, contra figuras religiosas en un vano intento por demostrar su supremacía ante servidores públicos de la Dirección de Panteones del Municipio. Es interesante descubrir su credo político al señalar: Tampoco les digo "ay no, yo soy la que no, ¡ni madres! ¡agarremos lo que tengamos que agarrar, repártanlo, no sean cu..., hagamos lo que tengamos que hacer!". Luego, se disculpó, indicando que se refería al "trabajo". Se le preguntó de manera expresa si la indagatoria y su enojo están relacionados con la venta irregular de espacios en los cementerios municipales, mostrándose evasiva.
La regidora ocupa dos plazas, en las que cobra como directora de la Secretaría de Educación de Jalisco y de dirigente de la CNOP del PRI.Se removió al director de Panteones después del escándalo con lo que se cumplió el adagio que dice el hilo se revienta por lo más delgado, lo cual vino a confirmar la afirmación que hizo la regidora de que manda en la Dirección de Panteones y que por tratarse de ella el alcalde Ramiro Hernández García "no se mete ahí".
Bueno que no pasa nada ni siquiera un estirón de orejas a la regidora, la que muy campante puede seguir en su "chamba" que lo que hizo es lo acostumbrado en los medios políticos. Puede ser una blasfema y no pasará nada, por lo que puede cumplir su encargo aun siendo parlanchina, malhablada y lenguaraz .
Mientras el Presidente municipal no se meta con ella podrá seguir usando el lenguaje brusco y descarado que mejor le acomode. Podrá seguir siendo insolente, descarada y como Frank Sinatra comportándose "a su manera".
En edición del Siglo de Torreón del pasado sábado titulado "Cesan a regidora priista por grosera", debe entenderse que fue destituida del cargo que desempeñaba al parejo como secretaria general del partido en Guadalajara, habiéndosele solamente exigido que pidiese licencia a la regiduría en aquel municipio.
Mientras tanto están estudiando qué hacer si no le da la gana dejar el cargo de regidor puesto que los cargos públicos de elección no son renunciables. Si sigue actuando "a su manera" a la chita callando manteniendo un bajo perfil la polvareda puede acabar por desvanecerse siempre contando con que la apoye el Presidente Municipal, que hasta ahora parece no querer darse cuenta de lo que dice o hace quien lo acompaña en la dura tarea de gobernar.