XxEn uno más de los coqueteos presidenciales con el sector empresarial, tras marginarlo del llamado Pacto por México, el gobierno está integrándolo a lo que se califica como Cruzada contra el Empleo Informal, es decir uno de los viejos anhelos de los patrones para, a su juicio, equilibrar la recaudación fiscal.
La paradoja del caso es que mientras el presidente Enrique Peña Nieto exhibe motivos pragmáticos como incremento a la productividad del país, los organismos del sector privado plantean razones humanitarias, es decir las condiciones precarias de los trabajadores. No hay contrato, los salarios son bajos, no existen prestaciones ni días de descanso, y las jornadas son extenuantes, sin posibilidad de acceso a mecanismos de previsión social. El común denominador, sin embargo, es el crecimiento explosivo de la actividad, que según las estadísticas más creíbles alcanza ya a seis de cada 10 mexicanos con algún ingreso.
Colocada la voz de alerta hace un lustro por el exdirector general del Instituto Mexicano del Seguro Social y exsecretario de Ingresos de Hacienda, Santiago Levy, en su libro "Buenas intenciones; malos resultados", el problema cobró cuerpo en mayo del 2012 con un informe del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal).
Las cifras provocaron la ira del expresidente Felipe Calderón, quien siguió sosteniendo que la proporción era de 10 a tres.
La razón era simple: El autollamado "Presidente del Empleo" no podía reconocer que la precaria cosecha era de trabajo sin sostén, mal pagado y en condiciones de lástima.
Lo cierto es que en el alerta de Levy se planteaba que el propio gobierno había propiciado el fenómeno al implantar programas sociales, por ejemplo, el Seguro Popular, que incentivaban la informalidad.
Bajo el cobijo de una atención médica fragmentada, con el pago de una cuota anual, algunos negocios de subsistencia lo ofrecían como un gancho simple a los trabajadores, por más que no hubiera posibilidad de crédito para vivienda, sistema de ahorro para el retiro y demás prestaciones sociales.
La paradoja del caso es quien impulsó la posibilidad del Seguro Popular, es decir el expresidente Vicente Fox, había realizado en su época de gobernador de Guanajuato una campaña de incorporación a la economía formal vía subsidiar por un tiempo las cuotas al Seguro Social.
Más aún, el escenario se profundizó con la llegada al país del esquema outsourcing o tercerías, en que las empresas contratan a una firma para realizar tareas específicas, sin vigilar que éstas inscribieran a sus trabajadores en los organismos de seguridad social.Lo cierto es que la Secretaria de Hacienda se estrelló una y otra vez en los intentos de meter el redil a las actividades informales vía un impuesto mínimo sobre ventas… dado que no hay libros, no hay facturas, no hay nómina.Lo más cercano al orden fue la implantación del impuesto sobre depósitos bancarios, con el gancho de que la retención realizada por las intermediarias se acumularía como parte de la declaración mensual o anual.
Y aunque el presidente Enrique Peña Nieto habla de capacitar a la fuerza de trabajo de cara a la llegada masiva de capital extranjero, siendo México uno de los 10 países más atractivos, la cierto en que por lo pronto se tardó en cerrar flancos frente a la posibilidad de una severa reforma hacendaria.
Lo que ha trascendido hasta hoy es que el Impuesto sobre la Renta, que este año debió bajar a 29 por ciento, se incrementaría hasta 37 para quienes más ganan.
Y aunque se mantendría una canasta de alimentos básicos y medicinas del cuadro que emplean las instituciones de seguridad social, el Impuesto al Valor Agregado a alimentos y medicinas saltará de la tasa cero al 16… o quizá alguna mayor.
La recaudación se elevaría en cuatro puntos del Producto Interno Bruto, es decir 50 mil millones de dólares, o si lo prefiere 650 mil millones de pesos. En la ruta, para evitar la protesta de los organismos empresariales por falta de equidad, se suprimirían todas las prerrogativas fiscales, es decir los regímenes especiales con los que se beneficia a productores de alimentos y transportistas.
En esa misma, naturalmente, se inscribe la cruzada contra la informalidad, es decir en el escenario nadie se quedará sin pagar tributos.
Todos coludos, diría la propaganda.
Cruzada, es decir guerra a la economía informal.
BALANCE GENERAL
En la posibilidad de que Petróleos Mexicanos traslade el litigio a México, tras rechazar el juez de la causa en Estados Unidos abrir un juicio bajo las reglas de la Ley contra Delincuencia Organizada, la empresa alemana Siemens está buscando un arreglo económico que le de punto final al enfrentamiento provocado por la exigencia de cubrir supuestos vicios ocultos en el contrato para reconfigurar y modernizar la refinería de Cadereyta, Nuevo León, y trabajos ajenos a éste.
La pretensión son 280 millones de dólares, justo lo que decidió el Tribunal Internacional de Arbitraje que le corresponde al Consoricio Conproca, integrado por ésta y la empresa coreana SK Engineering.
Se descontarían, pues, los intereses.
En la balanza está, por un lado el colosal gasto realizado por la paraestatal para mantener vivo el litigio y por el otro la posibilidad de ganar el asunto en México, tras ubicar el juez que existen indicios de sobornos, pero que su ejercicio no afecta a Estados Unidos.Los dineros ilegales habrían permitido que se inclinara la balanza hacia las empresas extranjeras en el litigio.
Pemex alega que en el camino se cobraron facturas ajenas al asunto, por ejemplo, membresías deportivas, edredones y otros objetos de uso para el hogar.
DE MIL BANDAS
Aunque hasta hoy ninguno de ellos ha aceptado la posibilidad de un concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada, el callejón se hace más estrecho día a día para las empresas promotoras de vivienda frente al acoso de sus acreedores.
Este mes termina la tregua pactada por Geo y Urbi para evitar demandas, sin que en el horizonte se vea una mínima posibilidad de salida.
El escenario ya le pegó a los bancos nacionales. Santander, por ejemplo, reconoce una afectación en sus estados financieros de cinco mil 500 millones de pesos, en tanto Banorte habla de cuatro mil.
De acuerdo a la calificadora de deuda Standard and Poor's, las pérdidas de los bancos llegarían a siete mil millones de pesos.
Las firmas, incluida Homex, han perdido el 80 por ciento del valor de mercado de sus acciones, lo que equivale a 20 mil 800 millones de pesos.
TIRO POR LA CULATA
Lanzado con bombo y platillo por el gobierno anterior el programa "Mejora tu casa", con el aval del Infonavit y el concurso de la banca comercial privada, hete aquí que éste se ha pervertido.
Si al principio la gente encontró opción para renovar sus baños y cocinas o construir una nueva habitación, al paso del tiempo la posibilidad de créditos de hasta 40 mil pesos cayó en manos de coyotes que falsifican facturas para justificar el uso de éstos, mientras se desviaban a otro tipo de cuestiones.
Naturalmente, la comisión por "gestión" es altísima.
Lo curioso del caso es que bajo la actual administración el programa sigue… dado que se contabiliza como "acción de vivienda".
